Así se recoge en una carta remitida por el secretario general de CCOO, José María Fidalgo, al secretario general de la CES, John Monks, donde se propone iniciar en Europa una campaña de presión y movilización sobre la citada directiva.
En su carta, Fidalgo señala que la respuesta debería plantear la derogación de la Directiva si el Parlamento Europeo no logra eliminar del texto las excepciones al límite de 48 horas semanales.
Además, apuestan incorporar este rechazo como componente europea de los objetivos de la Jornada Mundial por el Trabajo Decente convocada para el 7 de octubre.
Por último, se insta a la CES a planificar una presión combinada de la Confederación y las centrales nacionales ante los eurodiputados, los gobiernos nacionales y la Comisión Europea para modificar sustancialmente, o bloquear la directiva en el procedimiento de conciliación Consejo-Parlamento que ahora se abre.
"Creemos que va a ser imposible conciliar las posiciones del Consejo Europeo con las de un Parlamento que defendiera algo aceptable para la CES", indica Fidalgo en la carta.
Por eso "pienso que hay que empezar a hablar de derogación en el caso de que la Directiva fuera finalmente aprobada", agrega el líder sindical.
"En las presentes circunstancias, una norma europea sobre jornada de trabajo como la aprobada por el Consejo o parecida, no representa ninguna ventaja y sí bastantes peligros para los trabajadores de cualquier país europeo. Es preferible que no haya ninguna", concluye Fidalgo.
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