Sin tetas no hay paraíso crea polémica allí donde va. El último caso ha sido el de una profesora colombiana, Angélica Peña, que perdió su empleo en el colegio católico donde impartía clases por recomendar el libro en que se basa la serie a sus alumnos como material didáctico.
Hace dos años, Peña decidió proponer esta lectura a los estudiantes, de entre trece y quince años, porque según ella refleja "la realidad de Colombia" al tocar temas que afectan al país como la prostitución o el narcotráfico.
La novela de Gustavo Bolívar, que se ha adaptado con éxito para la televisión en más de 50 países, cuenta la historia de Catalina, una adolescente de 14 años que se siente acomplejada por el tamaño reducido de sus pechos, contrarios al gusto de los nuevos ricos narcotraficantes.
"A los chicos les encantó el libro, decían que era un tema que veían en el colegio porque las niñas sufren porque no tienen tetas y las quieren grandes para que todos los hombres las miren", comentó Peña durante una entrevista.
Un padre no estaba de acuerdo
Sin embargo, la profesora explicó que no inició la lectura del libro "al azar" porque era consciente de que contenía escenas y palabras "muy fuertes".
Por este motivo, previamente consultó a los padres de los estudiantes, que asegura que estuvieron de acuerdo en leer el libro a la vez que sus hijos y en compatibilizarlo con un taller de sexualidad, con el que colaboraron la psicóloga y el profesor de Religión y Ética del centro.
Un argumento que no compartía el padre de una de las alumnas, que denunció el caso ante el Consejo Electoral y la Secretaría de Educación de Palmira y pidió al rector del colegio que investigara la conducta de Peña, "como persona y como docente", al considerar que con este texto "fomentaba la violencia, la prostitución y la drogadicción entre menores de edad".
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