El jefe del Programa especial de combate al trabajo forzoso de la OIT, Roger Plant, declaró en entrevista con Efe que ‘el trabajo forzoso es la antítesis del trabajo decente’, al inaugurar un taller para inspectores laborales de doce países.
Según las estimaciones realizadas por la OIT, en América Latina y el Caribe hay al menos 1.320.000 personas en situación de trabajo forzoso, de las cuales 250.000 son también víctimas de trata de personas, una actividad que tiene beneficios ilícitos por 1.348 millones de dólares anuales en Latinoamérica.
A nivel global, América Latina ocupa el segundo lugar y las ganancias generadas por el trabajo forzoso suman unos 32.000 millones de dólares, informó la OIT.
Las dimensiones de este problema son superiores sólo en la región de Asia, donde hay 9,5 millones de trabajadores en esta situación, sobre un total mundial de al menos 12,3 millones personas, agregó Plant.
Plant destacó ‘la fuerte ligazón entre la discriminación de los pueblos indígenas y la existencia de formas coercitivas de reclutamiento y empleo’.
El experto indicó que ‘en la región andina’, Perú y Bolivia, han concentrado sus esfuerzos en ‘formas esclavizantes de trabajo afectando a indígenas’ tanto como en Argentina, México o Guatemala.
‘Son los pueblos indígenas que están en un riesgo’, acotó.
Asimismo, dijo que también han observado situaciones abusivas de contratación que están afectando a los trabajadores migrantes, que van de Latinoamérica hacia Europa, y de Centroamérica a Estados Unidos y Canadá.
‘Estamos muy preocupados, (porque) aún cuando las personas migran legalmente’ son engañados por agentes colocadores de mano de obra que los hacen firmar contratos abusivos.
El hecho de que las mujeres participan cada vez más en las migraciones, se ha traducido en que más de la mitad de las víctimas de trabajo forzoso sean damas, indicó la fuente.
Plant recordó que el 56 por ciento de la explotación económica forzosa afecta a las mujeres y niñas y que el 98 por ciento de este grupo va dirigido a la explotación sexual.
Sin embargo, el jefe del Programa especial de combate al trabajo forzoso de la OIT señaló que la servidumbre por deuda es la modalidad más utilizada en el trabajo forzoso.
‘Los mecanismos para doblegar a las víctimas tienen una cierta similitud: servicios de contratación engañosos que producen la servidumbre por deudas y encadenan al trabajador’, añadió Plant en su presentación ante los inspectores de la región.
Al inaugurar la reunión en Lima destacó la importancia de acompañar los avances jurídicos y normativos con el fortalecimiento institucional, y recalcó el papel fundamental de los inspectores laborales, que tienen la capacidad para detectar situaciones de trabajo forzoso, y pueden acceder con más facilidad a centros laborales.
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