La Federación Estatal Agroalimentaria de UGT trasladó ayer a Imperial Tobacco que vigilará el desarrollo del plan de reestructuración, tras la integración de Altadis, y no descartó que, en su momento, adopte todas la medidas a su alcance para evitar esta "sangría" de puestos de trabajo.
De esta forma, UGT rechazó la supresión de 830 trabajadores de Altadis en España sobre una plantilla total de 6.700 empleados y el cierre de seis fábricas, una de ellas la de cigarrillos negros en Alicante, que afectará a 338 empleos.
Asimismo, la británica ajustará las necesidades de producción de las plantas de preparación de tabaco en rama de Cádiz y Palazuelo (Cáceres), lo que afectará a unos 258 trabajadores, convirtiéndolas, según UGT, en "centros meramente testimoniales".
El sindicato reconoció el cumplimiento de los compromisos de información de la empresa, aunque consideró que "de ninguna manera esta forma de actuar puede paliar el grave problema de pérdida de empleo".
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