El Gobierno argentino reprimió el sábado a productores agrícolas que protestaban contra un alza impositiva a las exportaciones de granos, en la página más violenta de un conflicto que desató la cuarta huelga comercial del sector en casi 100 días.
La decisión de la presidenta, Cristina Fernández, de mandar a la policía de fronteras a liberar caminos ocupados por los manifestantes generó la inmediata reacción de otros cientos de productores, que volvieron a bloquear carreteras.
Cerca de la medianoche, las cuatro entidades en conflicto con el Gobierno anunciaron que retomarán desde el domingo la huelga, que consiste en no vender granos e impedir o trabar el transporte de camiones con granos, aunque aclararon que no se entorpecerá la circulación de lácteos o pasajeros.
La disputa entre el sector agropecuario y el Gobierno, que comenzó en marzo cuando Fernández elevó impuestos a las exportaciones de granos, ya provocó un derrumbe en la imagen de la mandataria y genera hastío en la población urbana, que el sábado protestó tibiamente en Buenos Aires tras la represión.
En tanto, el Gobierno reaccionó sobre el final del día diciendo que la represión no fue violenta y que quiere dialogar con el sector agropecuario, pero sin condiciones.
Todo comenzó por la mañana, cuando los transportistas de granos, furiosos porque el conflicto los deja sin trabajo, bloquearon la ruta 14 en la provincia de Entre Ríos, un camino clave porque une a Argentina con países limítrofes. A la protesta se sumaron productores agropecuarios.
Tras una serie de fallidos intentos, la policía de fronteras finalmente aplicó sobre el mediodía toda su fuerza y decenas de agentes con escudos y palos avanzaron sobre los manifestantes y detuvieron a una veintena de personas.
LÍDER ARRESTADO
Uno de los arrestados fue Alfredo de Angeli, líder de la protesta agraria en el interior del país, lo que acrecentó el malestar de los productores.
La represión disparó por la tarde la reacción de decenas de ciudadanos de pueblos vecinos que, empuñando banderas argentinas se acoplaron a los manifestantes, forzando a los agentes a retroceder, y se quedaron ocupando la carretera.
Horas más tarde, todos los detenidos fueron liberados. "Les pido que nos mantengamos en paz, pero la protesta va a seguir", dijo De Angeli al ser liberado mientras era vivado por cientos de personas.
En la provincia de Santa Fe, otros productores bloquearon la autopista que une Buenos Aires con la ciudad de Rosario, otra vía sensible para la circulación en el país.
En muchos otros puntos productores decidieron bloquear los caminos, lo que podría complicar aún más la situación de abastecimiento de alimentos en el país.
En algunas barriadas de la ciudad de Buenos Aires la población salió por la tarde a las calles a hacer sonar cacerolas y los automovilistas tocaron sus bocinas en rechazo a la represión.
Más tarde, algunas personas se acercaron a la residencia presidencial en las afueras de la ciudad para protestar, pero por la noche fueron reprimidos a golpes de puño por grupos afines al Gobierno.
Otros grupos cercanos a la presidenta se reunieron en la histórica Plaza de Mayo para mostrar su apoyo al Gobierno, y el invitado ilustre a ese acto fue el ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la mandataria.
César Illiano
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