La falta de escuelas, las discriminaciones culturales y, sobre todo, la pobreza son algunos de los factores que contribuyen a que en el mundo haya más de 218 millones de niños trabajadores, la mitad de ellos realizando tareas peligrosas, según datos de la OIT.
En la mayor parte de los casos, la pobreza obliga a las familias a emplear a sus hijos para que contribuyan a la economía familiar, aunque ello implique sacrificar la educación de estos menores. Por ello, la lucha contra la pobreza y la universalización de la enseñanza primaria gratuita son dos aspectos clave para acabar con el trabajo infantil.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), calcula que en la actualidad hay 218 millones de niños trabajadores, y de ellos, casi la mitad lo hace en condiciones peligrosas para su salud.
Con la intención de erradicar esta cruda realidad, ayer se celebró el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, cuyo lema ‘la educación es la respuesta acertada’, pretendía concienciar a los gobiernos de la importancia de apostar por la erradicación de la pobreza y la universalización de la educación primaria, dos aspectos ‘esenciales’ para reducir la explotación infantil.
La Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT calcula que más de setenta millones de niños en todo el mundo que deberían estar en la enseñanza primaria no van al colegio, y un número aún mayor de niños en edad de educación secundaria tampoco están escolarizados. La mayoría de ellos aportan un dinero al hogar que es imprescindible para el sustento de toda la familia.
Para acabar con este círculo vicioso que impide que muchos de estos niños estén escolarizados a tiempo completo, esta Federación propone a los Gobiernos de los países desarrollados que luchen por garantizar en los países en desarrollo la enseñanza primaria gratuita, eliminar los obstáculos a la educación de las niñas y combatir el absentismo en la escuela.
El sindicato CSI-CSIF denuncia que, en el tercer mundo, la explotación infantil está aumentando en todos los países.
Según datos de diversas ONG, los países de Asia y Pacífico son los que más cantidad de niños trabajadores tienen. Sólo en el sur del continente asiático más de cien millones de niños están trabajando y el veinte por ciento de ellos con jornadas que superan las trece horas.
Además, según CSI-CSIF, más del setenta por ciento de la mano infantil de todo el mundo trabaja en la agricultura y produce los alimentos y fibras que se consumen en el primer mundo.
Este sindicato denuncia que obligar a los niños a trabajar e impedirles que vayan a la escuela es un gravísimo ataque contra los derechos humanos que, además de dañar su crecimiento físico y mental, les condena a la más absoluta ignorancia de sus derechos.
Con motivo también del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, la OIT y la SGAE lanzaron el disco ‘Con letra pequeña’, en el que artistas como Ojos de Brujo, Ramoncín o Luis Pastor han prestado su voz para combatir esta lacra mundial.
Además, World Vision ha publicado ‘A cambio de mi niñez’, un libro que recopila relatos con historias y testimonios de niños de 13 países de Latinoamérica que se ven obligados a trabajar.
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