Estados Unidos sigue siendo el líder de la ciencia y la tecnología en todo el mundo, pese a la percepción de que ha perdido su empuje competitivo, reveló un informe difundido hoy por la Corporación Rand.
El liderazgo estadounidense ha contado con un flujo permanente de ingenieros y científicos extranjeros que le han ayudado a mantenerlo.
Sin embargo, Rand, organización sin ánimo de lucro, advierte de que otros países podrían amenazar ese liderazgo y están educando en mayor medida a sus poblaciones en los sectores de la ciencia y la tecnología.
Entre ellos cita a los de la Unión Europea y a China, que están graduando de sus universidades a científicos e ingenieros en número mayor que Estados Unidos.
No obstante, las cifras mencionadas por la Corporación Rand sobre el liderazgo estadounidense son ilustrativas.
El informe indica que Estados Unidos representa el 40 por ciento de todo el gasto mundial en investigación y desarrollo científico, emplea a un 70 por ciento de los ganadores del Premio Nobel y alberga a alrededor de 30 de las 40 universidades más prestigiosas del planeta.
El liderazgo estadounidense ha contado con un flujo permanente de ingenieros y científicos extranjeros que le han ayudado a mantenerlo, aun cuando otros países incrementaron la inversión en investigación y desarrollo durante los últimos años, apunta.
Los estudiantes, científicos e ingenieros extranjeros han sido un factor clave que ha permitido que la fuerza laboral para la ciencia y la ingeniería crezca más rápidamente en comparación con la graduación universitaria de científicos e ingenieros nacidos en el país.
El documento también advierte que la aportación extranjera podría verse en peligro como resultado de una reducción en las visas para inmigrantes especializados (H1-B).
La disminución en el flujo de estos científicos e ingenieros podría empujar a las empresas estadounidenses a buscar esos talentos en el extranjero y trasladar sus instalaciones a otros países.
‘En vez de proteger las fuentes de trabajo, esto podría llevar a una reducción de las inversiones y el empleo internos’, señala el texto.
Según Titus Galama, científico de Rand y uno de los autores del informe, la preocupación estadounidense de perder el liderazgo mundial en ambos campos no tiene fundamentos.
Sin embargo, agrega que este país no puede dormirse en los laureles y ‘es necesario que haga un esfuerzo para garantizar que el país mantenga y aumente su actual posición’.
James Hosek, economista de Rand, indica que los encargados de tomar las decisiones políticas reciben en muchos casos asesoramiento de fuentes ‘ad hoc’.
Sus puntos de vista son valiosos, pero deben ser complementados con evaluaciones más completas y críticas de la ciencia y tecnología estadounidenses.
‘La ausencia de una evaluación equilibrada puede generar la percepción equivocada de que la ciencia y la tecnología estadounidenses están fallando, cuando en realidad se mantienen fuertes y dominantes’, manifestó Hosek.
Además, apuntó que en estos momentos existe ‘la necesidad acuciante’ de un análisis permanente y objetivo del rendimiento de la ciencia y la tecnología, así como de la fuerza laboral en este campo.
‘Necesitamos esta información para garantizar que quienes toman las decisiones políticas tengan un profundo conocimiento de los problemas’, señaló Hosek.
Pero, por otra parte, indica que la dependencia excesiva de estos trabajadores extranjeros hace que Estados Unidos sea más vulnerable a un cambio.
En los últimos años alrededor del 70 por ciento de los ingenieros y científicos extranjeros que se graduaron en universidades estadounidenses decidieron quedarse en el país, según el informe.
Sin embargo, ese porcentaje podría bajar si mejoran las condiciones para la investigación y los salarios en el extranjero, señala.
Para mantener y mejorar el liderazgo estadounidense, el documento recomienda que Estados Unidos cree un organismo permanente para analizar el rendimiento científico y tecnológico del país.
También sugiere que se facilite la permanencia indefinida de científicos e ingenieros extranjeros que se hayan graduado de universidades estadounidenses y el flujo de fuerza laboral especializada al país.
Asimismo, propone aumentar la capacidad estadounidenses de adquirir conocimientos de otros centros científicos en Europa, Japón, China, India y otros países.
Por último, destaca la importancia de mejorar la educación de los estudiantes secundarios en los campos de la ciencia y la tecnología.
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