La economía es en estos momentos el caballo de batalla de Gobierno y oposición y, como no podía ser de otra forma, el tema que está centrando la primera comparecencia de José Luis Rodríguez Zapatero en el Senado en esta legislatura.
El presidente del Gobierno ha asegurado que no llevará a cabo "decretazos" -en referencia al decreto-ley adoptado en 2002 por el Gobierno del Partido Popular conocido como el "decretazo"- que dio lugar a una huelga general, y se ha comprometido a mantener el diálogo social. Zapatero ha querido tranquilizar a los ciudadanos y también ha afirmado que el Gobierno no va a congelar el salario mínimo, "que lo vamos incrementar", ni las pensiones mínimas.
De esta forma respondía el jefe del ejecutivo al portavoz del PP en el Senado, Pío García-Escudero, quien le ha acusado de encubrir la "crisis" bajo otros conceptos, como desaceleración económica, bajo la teoría de que "lo que no se nombra no existe". Asimismo le ha achacado utilizar como excusa la subida del precio del petróleo para justificar que la economía esté "paralizada", el consumo "en caída libre" y que el paro siga aumentando
Zapatero no ha querido entrar en "debates conceptuales" y como respuesta le ha explicado las medidas que el Gobierno tomó en el primer Consejo de Ministros, tras las elecciones, para reactivar la economía (una inyección de 10.000 millones de euros) y le ha recordado que el petróleo ha duplicado el precio en un año.
Una crisis que afecta a "todo el mundo"
El presidente se ha defendido de las críticas de la oposición y ha acusado a García Escudero de utilizar la "demagogia" por "ignorar" que la subida de los tipos de interés son consecuencia del nivel del Euribor y que responde a decisiones del Banco Central Europeo, "que nos afectan a todos".
Zapatero ha justificado la inflación actual del 4,6% y ha indicado que es fruto del "intenso" aumento del precio del petróleo así como del repunte en los precios de los alimentos "como consecuencia de una crisis de oferta en todo el mundo".
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