El eurodiputado de Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), Raül Romeva, rechazó ayer el acuerdo alcanzado por los Veintisiete sobre la directiva de tiempo de trabajo, que permite ampliar la jornada laboral a 65 horas semanales, porque "conducirá a un deterioro de las condiciones de trabajo y al ‘dumping’ social" y supone "una gran regresión y un atentado directo a la Europa social".
Romeva señaló que la aprobación de esta norma representa "el mayor retroceso en materia de derechos sociales que la UE experimenta en los últimos cien años". "Se quiere retroceder un siglo, omitiendo, despreciando y tirando por tierra una lucha de clases centenaria que ha costado mucho esfuerzo y disgustos", dijo a través de un comunicado.
El eurodiputado de ICV criticó especialmente que la ampliación de la jornada laboral dependa de un acuerdo entre trabajador y empresario. "Esta negociación se produce en una situación de clara desigualdad y coacción por el miedo a perder el puesto de trabajo si no se aceptan unas condiciones determinadas", afirmó.
Romeva denunció el cambio de postura de Italia, con el primer ministro Silvio Berlusconi, y de Francia, con el presidente Nicolás Sarkozy. Ambos países se habían situado en anteriores debates en contra de la aprobación de la directiva, en el mismo bando que España.
"Estos últimos meses estamos viendo cómo la derecha europea no se esconde para preservar sus intereses, presionando para aprobar textos infames como la directiva de retorno o potenciando la desregulación del mercado laboral en pro de los beneficios empresariales", señaló.
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