BBVA ha encontrado una novedosa fórmula para ahorrar costes y mejorar su eficiencia. Cerrar una parte de su red de oficinas en agosto. Esta medida, además, logra otro objetivo, ampliar la conciliación de la vida familiar con la laboral de la plantilla a la vez que se mantiene contento al cliente al no deteriorar la calidad del servicio que se le presta durante el mes con menor actividad del año.
En su afán por innovar y ganar eficiencia, el banco que preside Francisco González ha decidido cerrar unas 400 oficinas durante dos o tres semanas de agosto, aunque en algunos casos puede variar el número de días, ya que todo depende de la ubicación de las sucursales elegidas para colgar el cartel de cerrado por vacaciones. Este plan afecta a unos 1.000 trabajadores, de los 31.083 con los que cuenta en España.
Esta medida se puso en práctica el pasado año con 44 sucursales de Madrid y Andalucía, en zonas en las que durante el mes de agosto apenas existe actividad comercial y financiera. Es decir, en barrios periféricos o residenciales, principalmente.
La experiencia piloto ‘fue todo un éxito. No hubo ninguna reclamación de los clientes, a los que previamente se les avisó de que se iba a cerrar su oficina sólo unos días en agosto, pero que tenían otra muy cerca en la que serían atendidos igual. Además, en ella estaría uno de los empleados de su sucursal’, explican fuentes de la entidad financiera.
BBVA fue el primer banco que decidió no aplicar en todas sus oficinas el horario de invierno. Su proyecto de buscar mayor eficiencia le llevó hace un año y medio a que varias de sus sucursales no abriesen los sábados. La idea resultó positiva y le ha animó a hacer lo mismo en agosto.
El plan pasa por cerrar sólo en aquellas zonas con agencias pequeñas -con unos tres trabajadores- y cuya operativa sea casi transaccional en verano. ‘Hay que tener en cuenta que en agosto en las oficinas elegidas apenas se realizan operaciones que necesiten asesoramiento. Tampoco se solicitan hipotecas en esas fechas’, recalcan fuentes del banco.
Otra de las condiciones que debe cumplir la agencia en la que se cuelgue el cartel de cerrado por vacaciones será su escasa distancia con otra. Unos 300 metros. De esta forma el cliente no tendrá que desplazarse demasiado. Además, encontrará siempre a un empleado de su sucursal habitual, que será trasladado a ella como apoyo. Otro requerimiento es que la sucursal en vacaciones deberá tener cajero automático.
Los establecimientos del banco situados en el centro de Madrid, o de grandes ciudades y la costa se mantendrán todos abiertos, ya que aquí la operativa bancaria no sólo no baja en verano sino que en incluso se incrementa, caso de las zonas de veraneo.
Fuentes de la entidad aseguran que este proyecto se ha podido llevar a cabo tras la puesta en marcha el pasado año del plan de innovación, en el que se incluye un proyecto de optimización de la red.
‘La creación de los centros de banca comercial, cabecera de las cinco oficinas más cercadas, es lo que verdaderamente nos ha permitido realizar la selección de sucursales que deben mantenerse abiertas y las que pueden cerrarse. Es el director de este centro el que tiene que valorar como puede ser más eficiente sin alterar la calidad de los servicios a los clientes. Será él el que determine si se debe o no cerrar una oficina por vacaciones y en caso positivo por cuantos días’, señala la entidad.
Las mismas fuentes añaden que el uso de otros canales alternativos, como internet o los cajeros automáticos han influido también para poder llevar a la práctica el plan. Los clientes afectados, como en la prueba piloto, han sido avisados previamente por carta.
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