Los ministros de Empleo de la Unión Europea (UE) intentarán hoy llegar a un acuerdo sobre una propuesta que pretende consagrar de manera indefinida la posibilidad de ampliar la jornada laboral, actualmente fijada en las 48 horas.
La reforma de la directiva de Tiempo de Trabajo se encuentra bloqueada desde hace casi cinco años por las posiciones enfrentadas de dos grupos de países: los partidarios de eliminar las excepciones que permiten rebasar ese máximo de horas (España entre ellos) y los que quieren establecer una jornada más extensa.
En un consejo al que asistirá el ministro español de Trabajo, Celestino Corbacho, los responsables europeos debatirán una propuesta de compromiso de la presidencia eslovena de turno de la UE que pretende ayudar a superar las diferencias.
Copiando el ejemplo de Portugal, que presidió la Unión la segunda mitad del pasado año, Eslovenia ha planteado la negociación conjunta de la Directiva de Tiempo de Trabajo y de la que regula la situación de los trabajadores cedidos por Empresas de Trabajo Temporal (ETT).
El objetivo de ligar ambas negociaciones es que los países más intransigentes se vean forzados así a hacer concesiones en uno u otro dossier.
Las posibilidades de llegar a un acuerdo parecen mayores que en otras reuniones gracias, entre otros elementos, a la reciente aprobación en el Reino Unido de un acuerdo aplicable a los trabajadores cedidos por las ETT que podría desbloquear la negociación de la normativa europea en ese ámbito, según fuentes diplomáticas.
La propuesta de la presidencia sobre ese dossier se asemeja al acuerdo logrado en el Reino Unido y cuenta además con el respaldo de los sindicatos europeos, al reconocer como regla general la equiparación de las condiciones laborales de todos los empleados desde el primer día, a pesar de admitir algunas derogaciones.
Más complicada parece la negociación de la directiva de Tiempo de Trabajo, que en los últimos años no ha podido ser aprobada por la minoría de bloqueo de un grupo de países, incluido España, que piden que se ponga fin a la llamada cláusula del "opt out" que permite superar la jornada laboral máxima.
La cláusula se introdujo en su día a petición del Reino Unido, pero en teoría era una medida provisional destinada a desaparecer.
En los últimos meses tres de los países han abandonado el bando de España: Italia, con la llegada del Silvio Berlusconi al poder; Eslovenia, país que preside la UE y está dispuesto a hacer concesiones para llegar a un acuerdo, y Portugal, que mantiene una posición más flexible que en el pasado.
La propuesta que tratarán los ministros el lunes consagra la posibilidad de mantener de manera indefinida el "opt-out" en caso de acuerdo entre el trabajador y el empresario, reivindicación que siempre han mantenido el Reino Unido, Alemania y muchos de los países del Este.
Alemania pide que se pueda superar de esa forma las 60 horas por semana, mientras que Polonia desearía ir más allá de las 65 horas en ciertos casos.
La UE tiene prisa por aprobar la reforma de esta directiva, dado que en la actualidad muchos Estados miembros incumplen las disposiciones de la normativa, en particular en el sector sanitario.
El Tribunal de Justicia de la UE ha reiterado en distintas sentencias que los periodos inactivos de las guardias deben ser considerados tiempo de trabajo, frente a la posición de la mayoría de países que lo rechaza por el coste que la medida implicaría para los sistemas públicos de Sanidad.
Uno de los principales objetivos de la reforma de la legislación sobre Tiempo de Trabajo es resolver esa cuestión.
Precisamente sobre este punto ya existe acuerdo en el Consejo, motivo por el que ya no se debate en las reuniones de ministros, aunque no se podrá hacer efectivo hasta la aprobación de la Directiva.
En contra de la opinión del Tribunal de Justicia los países quieren diferenciar entre los periodos activos de las guardias, que sí serían tiempo de trabajo, y los inactivos, que no tendrían tal consideración.
El texto deberá ser después votado por el Parlamento Europeo.
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