Por este motivo, el 52 por ciento de los que abogan por la expulsión estima que se debería retener a los inmigrantes ilegales en centros de internamiento durante el tiempo de espera a la repatriación, mientras que el 20 por ciento cree que la expulsión se debe llevar a cabo con carácter inmediato. Así, sólo un 23 por ciento afirma que se les debe recluir en un centro de internamiento con un tiempo máximo establecido y con una garantía judicial a la espera de una posible repatriación.
Por su parte, solamente el 16 por ciento de la ciudadanía apuesta por regularizar a los inmigrantes ilegales, con el fin de luchar contra la economía sumergida, mientras que un 15 por ciento reconoce que no sabe lo que se debería hacer con los extranjeros sin papeles que residen en las islas.
Estos datos se desprenden de la encuesta ‘Posicionamiento ciudadano ante los inmigrantes’, realizada durante el pasado mes de mayo y publicada en el número 120 de Cuadernos Gadeso, que revela que seis de cada diez ciudadanos del archipiélago tienen una opinión negativa respecto a los extranjeros regulares al estimar que "ocupan puestos de trabajo de los autóctonos, saturan los servicios públicos y no quieren integrarse".
Por el contrario, sólo el 40 por ciento de la población mantiene una opinión positiva, al considerar que "hacen trabajos que nosotros no queremos o no podemos hacer, realizan aportaciones a la Seguridad Social y suponen una diversidad como un hecho positivo".
De esta forma, el estudio refleja que en un año, la percepción negativa frente a los inmigrantes se ha incrementado en Baleares en un 12 por ciento, al pasar de un 48 por ciento en mayo de 2007 a un 60 por ciento en mayo de este año.
EL 57% CREE QUE HAY DEMASIADOS INMIGRANTES
Asimismo, revela que, actualmente, el 57,1 por ciento de la población balear considera que son demasiados los inmigrantes que viven en su Comunidad Autónoma, si bien se producen diferencias por islas, dado que este porcentaje asciende hasta el 67,4 por ciento en Ibiza y al 65,1 por ciento en Mallorca, mientras que en Menorca (48,1) y Formentera (47,6) menos de la mitad de los ciudadanos comparte esta opinión.
Por otro lado, de la encuesta de Gadeso se desprende que el 48,1 por ciento de los ciudadanos sostiene que los sueldos de los autóctonos disminuyen con la llegada de inmigrantes que vienen a trabajar y vivir a España, mientras que el 62,8 por ciento considera que los extranjeros permiten cubrir puestos de trabajo para los cuales no hay suficiente mano de obra.
Por su parte, ocho de cada diez ciudadanos creen que si un inmigrante comete un delito grave, debería ser expulsado de España, mientras que casi cuatro de cada diez defiende que si un inmigrante se queda sin trabajo durante mucho tiempo, debería ser expulsado del país.
El citado estudio también refleja que el 60,2 por ciento de la población del archipiélago opina que la mayoría de los inmigrantes no quieren adaptarse a las costumbres de Baleares, mientras que sólo el 39,3 por ciento considera que estos no tienen oportunidades reales de integración económica, social y cultural.
FACILIDADES PARA LOS INMIGRANTES
Además, revela que el 58,3 por ciento de la ciudadanía estima que se debería fomentar la reagrupación familiar de aquellos inmigrantes que viven en Baleares, mientras que el 82,6 y el 68,1 por ciento aboga por que los extranjeros accedan a la educación y a la sanidad, respectivamente, en igualdad de condiciones.
Finalmente, cerca de la mitad de la población (49,2 por ciento) cree que se debería dar facilidades a los inmigrantes para que puedan obtener un empleo en igualdad de condiciones que los españoles, mientras que el 35,4 por ciento considera que deberían poder votar, al menos, en las elecciones municipales; y el 47,1 por ciento apuesta por que puedan tener acceso al mismo descuento para el transporte que los autóctonos.
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