Hace dos semanas, la dirección ofreció al grueso de los afectados –más de 20 personas- la posibilidad de pactar su salida o de ubicarse en otras divisiones de la entidad, aunque las opciones para esta solución son más remotas.
Al contrario de lo que pueda parecer, RBS es una de las entidades extranjeras de banca corporativa con más estructura en España. Cuenta con una plantilla de casi 200 empleados, con su director general, Juan Carlos García Centeno, a la cabeza. La poda afectará a todas las áreas, especialmente a las divisiones de Leverage Finance y Real State, donde se había creado equipos de cerca de 20 personas durante los últimos años, aunque tampoco habrá excepciones en Asset, Projet Finance o Titulizaciones.
RBS ha tenido que tomar la decisión más drástica. “Unfortunately, habrá una reducción de plantilla”, explicó ayer jueves una portavoz oficial de la entidad escocesa desde Londres, “pero no podemos precisar a cuántos empleados afecta. En todo caso, será a un número muy pequeño”. La decisión, por previsible, no deja de ser negativa. Hace varias semanas se conocía que la entidad llevaría a cabo una reducción de plantilla de cerca del 25% (7.000 trabajadores) con motivo de la compra de ABN Amro.
Casi todas las épocas de vacas flacas terminan teniendo consecuencias sobre las plantillas. Sobre todo en aquellas entidades con equipos más grandes, sobredimensionados para un periodo de sequía. Y en ese sentido, la entidad escocesa es una de ellas, con divisiones específica para cada área de negocio. “Han querido ganar cuota pronto en pocos años y eso puede haber hecho que hayan crecido de manera desajustada al mercado”, explica un ejecutivo de otro banco de negocios. “RBS estaba en casi todas las operaciones”.
Agujero de 4.000 millones
En el caso del mercado español, la sequía casi total que se ha producido en los distintos negocios que engloba la banca corporativa hace que haya más desocupados que empleados. “Depende de las filosofías de las casas. Nosotros tenemos plantillas ajustadas, generalmente no superiores a seis personas por equipo”, explica el responsable de Leverage Finance de otra entidad extranjera. “Otros, como RBS, prefieren contratar cuando hay trabajo y despedir cuando escasea”.
A pesar del golpe de efecto de ABN Amro, los últimos meses han dejado al descubierto las debilidades del banco. La crisis de las ‘subprime’ se ha traducido en un agujero de más de 4.000 millones de libras, que provocó la pertinente ampliación de capital de 15.000 millones de euros -la mayor de de la banca europea en su historia- para mejorar sus ratios de capital –deteriorados tras la operación-, mejorar su liquidez y hacer frente a la crisis. Ahora, la sombra de los hedge funds planea sobre la entidad, con posible troceo incluido, como antes ocurrió con el castigado Citigroup.
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