Los empleados españoles utilizan distintas tácticas y estrategias a la hora de influir en sus superiores con el objetivo de lograr beneficios salariales, profesionales o personales que permitan obtener un rendimiento a corto plazo, según un estudio elaborado por la escuela de negocios internacional ESCP-EAP.
Este informe, elaborado entre cerca de un millar de profesionales, muestra que los españoles que buscan una promoción laboral acuden a sus jefes, en primer lugar, con argumentos de peso que apoyen y avalen sus ideas. En este sentido, el empleado que desea plantear un cambio en la dinámica de su trabajo recurre a la lógica más pura para sacar adelante sus propuestas.
En segundo lugar y, a diferencia de sus homólogos europeos, los empleados españoles echan mano del marketing personal –el conocido “autobombo”- para conseguir mejoras salariales o escalar puestos en la compañía. Con este objetivo, el empleado tiende a destacar las acciones de éxito logradas en la empresa, la fidelidad mostrada, su experiencia o el conocimiento global del negocio.
Según el informe de ESCP-EAP, otras de las argucias más utilizadas por los españoles son la búsqueda de “aliados estratégicos” dentro de la empresa –grupo de seguidores- que secunden sus peticiones, así como recurrir directamente a los mandos más altos de la organización, saltándose al jefe inmediato, planteándo sus quejas o peticiones sin mediadores.
Por último, el estudio revela que la demanda directa y persuasiva es una de las últimas tácticas empleadas por los subordinados para influir en sus superiores, seguida del intercambio de favores o “trueque” jefe-empleado. En este caso, el trabajador suele negociar con su superior una serie de ventajas (vacaciones, horas extras) a cambio de asumir más tareas.
Los españoles prefieren ejecutar antes que decidir
Por otra parte, el estudio de ESCP-EAP destaca que los empleados españoles prefieren recibir órdenes y ejecutar antes que involucrarse en la toma de decisiones como ocurre en otros países de Europa. De esta forma, los equipos españoles responden a un perfil “cómodo” que evita plantear sugerencias e ideas nuevas. La consigna “que decida el jefe, yo no me responsabilizo” es común en las compañías españolas, situación que contrasta de lleno con aquellas organizaciones del norte de Europa.
Finalmente, el informe señala que, al contrario que en otros países europeos, los españoles confían ciegamente en sus relaciones personales con amigos, familiares o conocidos a la hora de cerrar tratos u operaciones importantes para la empresa, sin necesidad de justificar de manera objetiva estas decisiones. Según ESCP-EAP, en España el “amiguismo” es una práctica muy habitual que choca a la hora de hacer negocios en otras partes del mundo.
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