Unos cien trabajadores y delegados sindicales de CCOO y UGT se concentraron hoy en la calle Doctor Ordóñez de la Barrera, en Sevilla capital, junto a las obras que ejecuta la unión temporal de empresas (UTE) Metro de Sevilla para construir una estación del suburbano junto al apeadero ferroviario de Renfe. Los sindicalistas escogieron este emplazamiento para protagonizar una protesta bajo la vigilancia de la Policía Local y la Policía Nacional y con motivo de la huelga convocada para los días 27 y 29 de mayo y 3, 4 y 5 de junio en reclamación de que se instaure la jornada intensiva todo el verano.
En el transcurso del acto, el secretario general de la federación del Metal, Construcción y Afines de UGT-Sevilla, Anastasio Pavón, dijo a los periodistas que el seguimiento del paro técnico ha sido prácticamente del cien por cien en la capital, del 98 por ciento en el área metropolitana y del 90 ó 95 por ciento en el resto de la provincia, si bien habría flaqueado en pueblos como Morón de la Frontera. No obstante, celebró que han sido paralizadas las obras "emblemáticas" como la construcción de la primera línea del metro, ejecutada por Sacyr, Dragados y Gea 21, o la nueva exclusa del puerto de Sevilla.
En cuanto a la polémica suscitada a cuenta de la advertencia de la patronal acerca de que los sindicatos no aceptarían la introducción de controles de alcoholemia y sustancias estupefacientes pese a que el 30 por ciento de los trabajadores, unos 90.000 en Sevilla, consumen una u otra cosa en el tajo, Anastasio Pavón creyó "indignantes" las declaraciones de los dirigentes de la patronal porque han acusado a los obreros, albañiles y peones "de borrachos y drogatas". "Una pasada", dijo el líder de UGT para advertir de que "en ningún caso" de accidente laboral con resultado de muerte en el sector de la construcción de Sevilla se ha vinculado la siniestralidad con el consumo de alcohol o drogas.
"Habría que correr a los empresarios a gorrazos"
El secretario provincial de la Federación de Construcción, Madera y Afines (Fecoma) de CCOO, Antonio Salazar, negó de su lado un caso de consumo masivo de alcohol y drogas entre los trabajadores del sector aunque admitió que existe un "mínimo problema" en ese sentido, si bien consideró que "habría que correr a los empresarios a gorrazos" en el caso de que hubieran "aceptado" tal situación en sus obras. Tras reiterar que la patronal sólo ha tratado este asunto planteando "sanciones y despidos", recordó que el consumo abusivo de estas sustancias es "una enfermedad" y como tal debe ser tratada. "Documentos sobre la mesa", pidió Anastasio Pavón en cuanto a las aseveraciones de la patronal.
En cuanto a la divergencia en sí, la reclamación de los sindicatos de instaurar la jornada intensiva en la mayor parte del verano, ambos líderes sindicales recordaron que ya el pasado verano se aplicó entre el 9 de julio al 30 de agosto y que para esta ocasión se pide que tal horario funcione desde el 13 de junio hasta "finales de agosto", si bien advirtieron de que Gaesco no habría formulado oficialmente una propuesta de que se implantara la jornada intensiva los meses de julio y agosto al completo.
De cualquier manera, Salazar advirtió de que entre las 14.00 horas y las 18.00 horas la productividad cae "un 70 por ciento" en verano, algo que creyó "evidente" para defender que la reclamación "no es un capricho", sino "una cuestión de salud" dadas las abrasadoras temperaturas que sufre la provincia de Sevilla en el periodo estival. En ese sentido, ambos líderes apostaron por "acomodar" al calendario las 1.746 horas anuales que contempla el convenio colectivo, pues según Salazar las horas extraordinarias que acaban realizando los trabajadores darían empleo a 11.445 personas.
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