Un creciente número de analistas expresa su confianza en que lo peor haya pasado para la economía estadounidense, aunque deba continuar luchando durante cierto tiempo con un sector inmobiliario débil, un crédito restringido y altos costos de la energía.
Los últimos datos sugieren que la mayor economía mundial habría sorteado una calamitosa caída, y podría incluso escapar a la recesión, según la definición más común.
‘La economía estadounidense continúa sometida a los efectos adversos de tres poderosos factores: la crisis inmobiliaria, la restricción del crédito y la disparada de los precios de la energía’, dijo Josh Feinman, jefe de economistas de DB Advisors del Deutsche Bank.
‘Notablemente, la economía logró -apenas- mantener la cabeza fuera del agua pese a esos factores negativos, una prueba de su intrínseca capacidad de resistencia y adaptación a factores negativos, junto a una respuesta política firme y a la fortaleza relativa del crecimiento global’.
Feinman prevé que la economía estadounidense, que registró un bajo crecimiento de 0,6% en los últimos dos trimestres, alcanzará un ritmo de 1% en el segundo trimestre y de 2% en julio-setiembre.
Algunos indicadores recientes ponen en duda un declive pronunciado en el crecimiento estadounidense. Las ventas minoristas cayeron 0,2% en abril, pero excluyendo la venta de vehículos, subieron 0,5%, sugiriendo una cierta constancia en los gastos de consumo, la columna vertebral de la actividad económica en Estados Unidos.
‘Creemos que la economía comienza a recuperarse luego de un pronunciado descenso durante un semestre’, dijo David Malpass, economista de Bear Stearns.
El consumo recibirá un nuevo impulso con el envío de los cheques de rembolso de impuestos por 107.000 millones de dólares en las próximas semanas, parte del paquete por un total de 168.000 millones.
‘El impacto que tendrán los estímulos fiscales es probablemente el factor más importante en el pronóstico para la economía estadounidense en los meses de verano’, dijo el economista de Goldman Sachs, Andrew Tilton.
‘Una recuperación significativa de la confianza y el consumo alentaría la esperanza de una rápida recuperación, mientras que si la economía no logra responder a los estímulos, ello implicaría una decepción significativa para los estrategas y los mercados’, agregó.
La construcción de viviendas subió 8,2% en abril a un ritmo anual de 1,032 millones de unidades. Aunque el incremento se produjo en el segmento de viviendas colectivas, y el de viviendas familiares bajó, los analistas lo consideran un factor positivo.
El mercado laboral también resistió mejor que lo esperado, y un incremento de las exportaciones ayudadas por la debilidad del dólar apuntalaron el crecimiento.
El mercado bursátil en general recuperó 10% desde mediados de marzo, cuando la Reserva Federal respaldó una operación de rescate del gigante inversor Bear Stearns, vista como un punto de inflexión para la crisis del crédito y la confianza de los mercados.
Los analistas valoran positivamente la enérgica reducción de tipos de interés por parte de la Fed, junto a los esfuerzos por aumentar la liquidez del debilitado sector financiero, así como el plan gubernamental de reactivación por 168.000 millones de dólares.
Nigel Gault, economista de Global Insight, advirtió sin embargo que la economía estadounidense ha mostrado su resistencia pero que ‘todavía es muy pronto para dejar de pensar en la recesión y pensar en la recuperación’.
Global Insight prevé una contracción de 0,9% en el segundo trimestre, en gran parte debido al impacto de la devolución de impuestos, y un incremento de 2,3% en el tercer trimestre, mientras que el crecimiento anual sería solamente de 1,2%.
‘Lo peor de la crisis financiera podría haber quedado atrás, pero los impactos sobre la economía perdurarán’, advirtió Gault.
Paul Kasriel, director de investigación económica de Northern Trust, previene contra dar demasiado crédito a los recientes indicadores.
‘Los cielos azules probablemente tengan corta vida. La economía está en la calma relativa del ojo del huracán del ciclo económico. Los problemas del crédito hipotecario no terminaron y los problemas del crédito en otros sectores solamente están comenzando, con la expansión de la recesión inmobiliaria al resto de la economía’.
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