El Tribnal Supremo ha confirmado la sanción de un año de suspensión de empleo y sueldo para un agente de la Guardia Civil de Tenerife que liberó a un amigo suyo que había sido detenido por una pareja de agentes motorizados por conducir bajo los efectos del alcohol e intentar agredirles en el momento de su arresto.
El Alto Tribunal absuelve en la misma sentencia a un superior del condenado, un teniente, al que le había sido impuesta la misma sanción por no haber informado convenientemente de la forma en que actuó el agente. Los hechos se produjeron cuando el ciudadano que fue detenido por la pareja de la Guardia Civil se resistió a su arresto y advirtió a los agentes del Instituto Armado de que «no sabían con quién estaban jugando».
Minutos después fue puesto en libertad por el guardia civil que ha sido suspendido, que solicitó y consiguió que le trajeran las llaves de sus esposas, todavía en posesión de los agentes que detuvieron a su amigo, y se encargó de trasladar al reo a su domicilio con su propio vehículo.
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