UGT denuncia que esta tendencia se ha convertido en "una reconversión del sector al margen de la ley laboral". Su secretaria sectorial de Banca, María Luisa Torronteras, afirma en una reciente columna publicada en el periódico Cinco Días que esta subcontratación se está llevando a cabo mediante "el uso de agentes colaboradores e intermediarios financieros en la realización de labores puramente bancarias". Algo de lo que el sindicato se ha quejado ante el Banco de España.
Esta práctica tiene numerosas consecuencias negativas, a juicio de UGT: el riesgo de que la actividad de los agentes quede fuera del control del supervisor, la posibilidad de fuga de datos personales de las carteras de clientes que los bancos transfieren a los agentes, la publicidad engañosa hacia el cliente -que no sabe que la oficina no pertenece al banco, sino al intermediario-, la pérdida de calidad del servicio y, en definitiva, "la creación de una banca paralela, con un evidente riesgo de descontrol e incertidumbre sobre el futuro del sector financiero".
Como es lógico, a un sindicato lo que más le preocupa son los aspectos salariales y de negociación. Respecto a los primeros, Torronteras asegura que "los trabajadores que prestan servicios en estas oficinas de colaboradores no tienen ninguna vinculación con el banco y su convenio es el de oficinas y despachos, con condiciones sociales y económicas muy inferiores a las del convenio de banca". En cuanto a la negociación, protesta porque esta reconversión no se está realizando en condiciones pactadas con los sindicatos, sino "saltándose el Estatuto de los Trabajadores".
Recortar costes de donde sea
Al margen de si UGT tiene o no razón, lo cierto es que todas las entidades están adoptando planes de reducción de costes y aumento de la productividad para hacer frente al crash inmobiliario y a la crisis crediticia internacional. El crash ha frenado en seco el espectacular crecimiento del crédito de los últimos años; la crisis ha obligado a las entidades a recurrir a depósitos de alta remuneración para captar liquidez, lo que eleva los costes financieros y presiona los márgenes.
Los ejemplos de estas medidas son numerosos. Varios bancos y cajas han dado por terminada la expansión de su red de oficinas e incluso han anunciado una reducción. En la presentación de resultados trimestrales de BBVA, su consejero delegado, José Ignacio Gorigolzarri, admitió que la entidad llevará a cabo prejubilaciones en España este año. El Banco Popular, por su parte, ha iniciado una experiencia de apertura de tres oficinas por las tardes, y piensa ampliarla hasta 20 ó 30. Incluso algunas cajas están tratando de reducir su factura fiscal mediante la deducción por I+D.
Polémica en Banesto
Precisamente, la ampliación de horario ha sido motivo de queja de algunos empleados de Banesto, que aseguran que la dirección les obliga de forma generalizada a tener horario ampliado o jornada partida pese a que una sentencia del Tribunal Supremo de 1999 anuló la capacidad del banco para aplicar horarios singulares fuera de la categoría de directivos.
Un portavoz del banco que preside Ana Patricia Botín ha respondido a El Confidencial que el horario ampliado sólo se da en algunas oficinas de centros comerciales de acuerdo con los sindicatos y en servicios centrales, donde existe una gran disparidad de horarios (jornada continua, partida, teletrabajo, etc.) según el departamento y las funciones de cada empleado, "siempre según el convenio colectivo y los acuerdos vigentes con los sindicatos".
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Eduardo Segovia
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