En concreto, explicó González, las mutuas "presionan" a los trabajadores para que, pasado un tiempo ya de su baja médica por enfermedad común, pidan el alta en los servicios de salud y vuelvan al trabajo.
Las mutuas, si así lo desean sus empresas clientes, pueden empezar a hacerse cargo del pago de la prestación económica por contingencias comunes a partir del decimosexto día de la baja, pues los quince días anteriores corresponde pagarlos a la empresa.
Las mutuas no pueden dar el alta a un trabajador que está de baja médica, aunque ha habido algún intento en el pasado para que asumieran esta competencia. Lo que sí pueden hacer es realizar propuestas de alta a las inspecciones médicas de los servicios sanitarios públicos.
Las mutuas, que trabajan con baremos que miden las duraciones medias de las bajas en función de la lesión, pueden citar a los trabajadores con baja médica tantas veces como consideren necesario y, en esas visitas, explicó González, a veces ejercen presión para que los trabajadores regresen a su puesto de trabajo. Negarse a comparecer implica el alta a efectos económicos, es decir, el cese de la prestación que percibe el trabajador.
Cuando las mutuas se hacen cargo de la prestación económica por contingencias comunes, la Seguridad Social les paga un porcentaje que, según González, muchas veces no compensa los gastos que tienen. Pero las mutuas "soportan estas pérdidas", añadió, para convencer a la Seguridad Social de que su gestión es buena y conseguir que algún día se les permita dar las altas médicas en casos de enfermedad común.
SI A UN SISTEMA QUE CONTROLE LAS BAJAS.
El Ministerio de Trabajo quiere diseñar con las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad una aplicación informática que les permita controlar las bajas médicas desde el primer día en que se producen para evitar situaciones abusivas o el absentismo injustificado de los trabajadores, según avanzó hace unos días el secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado.
La Seguridad Social, ya sea a través del Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) o con ayuda de las mutuas, sólo puede tener un control de las bajas de los trabajadores desde el decimosexto día, momento en el que pasa a hacerse cargo de las prestaciones económicas.
El representante de CC.OO. se mostró a favor de idear un sistema que permita controlar el absentismo ‘fraudulento’. El absentismo laboral se sitúa entre el 6% y el 8% en el sector privado y alcanza cifras mucho mayores en el sector público, entre otras cosas por la edad de sus trabajadores, más alta que la media. Para González, cualquier iniciativa que mejore la coordinación y el intercambio de información entre la Administración Central y las autonómicas es bienvenida.
Por eso ve con "buenos ojos" que Trabajo se haya propuesto también fomentar la colaboración entre las mutuas y los servicios sanitarios de las comunidades autónomas, de tal forma que puedan intercambiar sus recursos y mejorar la calidad de sus servicios. El Ministerio cree que eso les permitiría ejercer un mayor control sobre las mutuas.
Para Jaime González, de CC.OO., "no tiene sentido" que los centros asistenciales de las mutuas no puedan ser utilizados por otros trabajadores. "Nos parece ideal (esta propuesta). Sería más eficaz y eficiente", opinó.
El representante sindical también dijo compartir con Octavio Granado su pretensión de que las mutuas se reagrupen y sigan fusionándose, pero insistió en la necesidad de que estas entidades se democraticen para que tanto los sindicatos como las organizaciones empresariales tengan representación en los consejos de dirección y órganos de decisión en las mutuas y sus corporaciones.
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