Fuentes de la compañía explicaron ayer a Efe que por su parte existe ‘disposición a negociar’ este ERE, que forma parte de un plan de viabilidad con el que Detinsa pretende adaptar su ‘estructura al nuevo ciclo económico y financiero’.
En paralelo, la compañía ultima con una treintena de bancos acreedores la refinanciación de su deuda, que asciende a alrededor de 600 millones de euros.
Detinsa ha presentado a estos bancos su plan de futuro, que, además del ERE y del abandono de actividades no rentables, incluye la venta de suelo y otros activos para obtener liquidez con la que evitar los impagos.
De momento no se ha materializado ninguna operación en este sentido, si bien la sociedad -que cuenta con un patrimonio valorado en 900 millones de euros- espera poder llevar a cabo tratos como el suscrito en marzo con el grupo Lazora, al que vendió siete promociones de vivienda protegida en alquiler ubicadas en la comunidad de Madrid por 79,5 millones de euros.
A pesar de que reducirá su estructura, Detinsa no planea cerrar ninguna de sus direcciones regionales (Centro, Levante, Andalucía Oriental y Andalucía Occidental), entre las que se repartirán los 142 empleados con los que prevé quedarse.
Junto al ERE, Detinsa ha diseñado un plan de ayuda a la recolocación de sus trabajadores, por el que se compromete a volver a contratar a los empleados despedidos si en el futuro necesitara aumentar de nuevo su plantilla.
Asimismo, la compañía actuará como intermediaria entre los empleados que lo soliciten y una consultora de recursos humanos para que puedan encontrar otro trabajo.
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