Imagine por un momento un directivo feliz, tranquilo, sin estrés, sonriente, dialogante, tenaz y con la mente puesta en vasos medio llenos en vez de medio vacíos. No es un anuncio de dentrífico ni una película, es un nuevo tipo de directivo que raramente encontrará paseando por el Paseo de la Castellana de Madrid o por Diagonal o Paseo de Gràcia en Barcelona.
Vienen de países lejanos, pero no de cuento, y comparten una característica que brilla por su ausencia en el mundo occidental: la resiliencia. Este término, que se asemeja mucho a la resistencia, apela a la capacidad de las personas para recuperarse, sobreponerse y adaptarse con éxito a la adversidad y para desarrollar competencias sociales y empresariales superiores a la media.
Directivos resilientes
Aparentemente es lo que deberían tener todos los directivos de nivel, pero lo cierto es que en la actualidad hay pocos directivos que puedan definirse como resilientes.
"Los empresarios sudamericanos, por ejemplo, al haber sido formados en un entorno de inestabilidad permanente, poseen para desemvolverse en un contexto inestable un instinto mucho más desarrollado que empresarios y ejecutivos de otras latitudes", explica Ben Schneider, autor del libro Resiliencia. Cómo construir empresas exitosas en contextos de inestabilidad.
"Acostumbran a ser personas criadas en ambientes menos favorables. Mucha gente ha tenido que aprender a superar momentos personales y laborales duros, cosas que le han permitido forjar el carácter y todo esto hace que su espíritu de supervivencia se transforme en resiliencia", explica Ángel Castiñeira, director del departamento de Sociología de Esade (URL).
Resistencia a la adversidad
Pero no todas las personas que afrontan adversidades desarrollan resiliencia una vez superadas éstas. "A veces la superviviencia refuerza el carácter pero no para bien. De los que han sufrido estas situaciones, sólo una pequeña proporción transforma esa capacidad de resistencia a la adversidad en resiliencia", explica Castiñeira.
Las características que comparten las personas con esta aptitud son varias. "Todos son capaces de asumir las consecuencias de sus actos, superar dificultades, tienen flexibilidad para crear equipos y sobre todo para mantenerlos unidos", explica Remedios Torrijos, profesora de comportamiento organizacional de IE Business School.
Miquel Bonet, del Grupo Select, asegura que los que sobreviven a las crisis, como la actual, tienen más puntos para ser resilientes. "Los encontraremos detrás de proyectos que pasan por crisis porque saben aprovechar las oportunidades y levantarse a tiempo. Probablemente las multinacionales lo han puesto de moda, pero creo que hay muchos más en pymes y en el empresariado femenino", apunta Bonet.
Pero Torrijos añade una característica que casi nunca se asocia a un directivo de primer nivel: ser como un niño. "Si ves que una persona se cae y se levanta muchas veces para explorar nuevas cosas y mejorar después de su caída es que actúa como un niño. Y si es como un niño es que es resiliente".
Detectarlo antes de ‘fichar’
Más allá de la perseverancia de cada uno, hay algunos aspectos más que visibles y significativos de la resiliencia de cada uno. "Por ejemplo, calcular cuánto tiempo tarda una persona en abandonar un crucigrama o un sudoku", explica Castiñeira. Asegura que cada vez es más habitual encontrarse con este tipo de originales pruebas en las entrevistas de trabajo.
Entre los sectores más resilientes figuran los que más contacto tienen con entornos conflictivos y transoceánicos. Aunque no existan estudios concretos, Castiñeira asegura que los empleados de las organizaciones no gubernamentales y los emprendedores sociales son los que presentan resiliencia natural.
Pero, ¿conoce algún resiliente? "El mundo occidental no tiene capacidad de resiliencia. Se vive bajo el concepto de compro y uso directamente, el grado de frustración si no se obtienen las cosas de inmediato es muy elevado y esta concepción es opuesta a la resiliencia", reflexiona el profesor de Esade.
Que no abunden los resilientes en España no significa que los directivos española expatriados en algunos países del Este, Asia y Sudamérica no desarrollen esta resistencia. "Cuando un directivo se enfrenta a un entorno tremendamente hostil, como las presiones de mafias en determinados países, desarrollan la resiliencia igual que otros directivos, vengan de donde vengan", defiende Castiñeira.
Paula Zapata
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