¿Dispone la Seguridad Social de suficientes recursos para cubrir sus compromisos de pago a largo plazo? El primer informe actuarial -aplicación del cálculo de probabilidades, la estadística y la matemática financiera al análisis del riesgo- que se hace en España sobre el sistema público de pensiones lo descarta por completo. Estima, en concreto, que el 31,4% de los pasivos comprometidos (el pago de las pensiones) “no se encuentra respaldado por un activo explícito”. Es decir, existe un desequilibrio entre el activo y el pasivo que lejos de haberse reducido en los últimos años -al calor del aumento en el número de afiliados- se ha incrementado. En el año 2001, la ratio de solvencia de la Seguridad Social se encontraba en 0,74, lo que quería decir que el 26% de los compromisos asumidos estaban sin cobertura, pero cinco años más tarde el nivel de cobertura ha descendido en 5,4 puntos, lo que significa que la tercera parte del gasto comprometido en pensiones no tiene respaldo financiero alguno.
El primer informe actuarial sobre las pensiones ha sido publicado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) y elaborado por los profesores Maria del Carmen Boado y Carlos Vidal, quienes sostienen que “el sistema es insolvente dado que los pasivos exceden en un 31,4% a los activos”. Lo peor, con todo, es que la Seguridad Social “está sufriendo un aumento de la insolvencia año a año, aunque en los tres últimos años parece haberse estabilizado”.
El cálculo actuarial es un instrumento de análisis económico que permite conocer la solvencia de cualquier operación de seguro, ya que tiene en cuenta tanto el valor de los activos (lo que aportan en este caso los pensionistas) y lo que reciben en el momento de la jubilación (los pasivos en terminología contable). Su uso es habitual en cualquier compañía de seguros a la hora de vender una póliza, e incluso en algunos países, como en Suecia, es obligatorio por ley hacer cálculos actuariales, toda vez que los flujos de caja (los superávit o déficit que puedan registrarse en un ejercicio) no reflejan los compromisos que progresivamente van asumiendo los sistemas públicos de protección social, y que tarde o temprano habrá que pagar.
Solvencia “muy comprometida”
El informe del IVIE -uno de centro de investigación de análisis económico más importantes y acreditados del país- asegura que “alcanzar la solvencia sólo sería posible si el pasivo (el pago de pensiones) crece a tasas muy inferiores a las del activo, que es precisamente lo contrario de lo que ha estado ocurriendo en estos últimos años”. En su opinión, “contrariamente a
algunas manifestaciones oficiales de optimismo sobre la salud financiera del sistema de pensiones contributivas, el balance actuarial indica una posición de solvencia muy comprometida y un desequilibrio actuarial notable que reclama reformas inmediatas”.
Los autores del estudio ponen como ejemplo a Suecia, donde existe un sistema equilibrado en el que las tasas de variación del activo y del pasivo son similares, ya que “los nuevos afiliados no traen consigo un déficit adicional”. Al contrario, en España el sistema es desequilibrado. Esto es consecuencia de que la tasa de variación del pasivo es mayor que la del activo, porque los nuevos afiliados causan un déficit adicional al sistema de pensiones. “En España, sostienen los autores del estudio, la cuantía de la insolvencia aumenta a medida que el número de cotizantes se incrementa”.
Los dos regímenes más importantes del sistema de Seguridad Social –el General y el de Autónomos- tienen un nivel de insolvencia similar a la media, lo que significa que se trata de un problema estructural y no derivado de la mala situación de algunos segmentos de cotización. De acuerdo con el informe, y en el caso del régimen general, pese a que el número de afiliados ha crecido un 21,4% en los últimos cinco años, y el de pensionistas sólo un 9,4%; la cotización media en términos reales ha disminuido un 0,93% y la pensión media se ha incrementado en términos reales un 10,65%. También el periodo de rotación ha sufrido un descenso del 2,71% en el mismo periodo consecuencia del envejecimiento del colectivo de cotizantes.
El caso del régimen agrario es el más espectacular, aunque en sentido negativo. Su ratio de solvencia, sostiene el estudio, es muy bajo, apenas están cubiertos el 43,4% de los compromisos adquiridos. “Los ingresos por cotizaciones a duras penas alcanzan el 30% del gasto en pensiones para el año 2006, “aún con la hipótesis de que la totalidad de los complementos a mínimos son financiados con impuestos y se añaden al apartado de cotizaciones”.
En sentido contrario, el régimen del hogar, es el único que ha mejorado en términos de solvencia debido al “extraordinario crecimiento de cotizantes del último año”, aumentando la ratio hasta el 69,4% a finales de 2006, año en el que el régimen ha obtenido beneficios”.
Efecto espejismo
La conclusión que extraen los autores del estudio es que el problema del sistema de pensiones contributivo en España se puede comparar con el caso de algunas empresas que, cuanto más venden, más pierden, debido a que su contabilidad de costes no ha sido realizada y no han revelado a los propietarios que el coste de ventas es superior al precio de venta.
“Algo parecido le ocurre al sistema de pensiones español", sostienen los autores, "el coste de ventas (pensiones y compromisos adquiridos con los cotizantes) es muy superior al precio de venta (cotizaciones)”. Sin embargo, como el coste de ventas genera pagos lejanos en el tiempo, y el precio de venta se manifiesta en cobros inmediatos, “se da la paradoja de que cuanto más se ha vendido, más positivo ha sido el flujo de caja neto observado en los últimos seis años, pero mayor grado de insolvencia ha alcanzado el conjunto del sistema”.
Se produce, de esta manera, un ‘efecto espejismo’, ya que se estaría ocultando la presencia de un déficit patrimonial que tarde o temprano aflorará, lo que no es incompatible con el hecho de que el Fondo de Reserva de la Seguridad Social tenga en estos momentos una dotación de más de 50.000 millones de euros.
Los autores del estudio sostienen, por último, que el análisis del activo por cotizaciones “deja sin fundamento las afirmaciones de numerosos investigadores que descalifican los sistemas de reparto puro y reparto parcial, en cuanto a que los sistemas de reparto siempre ‘están quebrados’ o son insolventes”.
Esas afirmaciones, aseguran, "se basan en la observación del pasivo del sistema y el nivel de activos financieros, pero obvian el activo asociado al método financiero de reparto”. Y por eso dejan claro que “el balance actuarial no se construye para desacreditar la financiación por reparto, sino para tratar de mostrar su verdadera imagen fiel”.
Carlos Sánchez
http://www.cotizalia.com/cache/2008/05/12/91_primer_informe_actuarial_sobre_seguridad_social.html
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