Airbus se dispone a deslocalizar una parte importante de su producción fuera de la zona euro, tras el fracaso de la venta al grupo Latécoère de sus fábricas de Méaulte y Saint-Nazaire-Ville, en Francia. Con los ingresos obtenidos, el fabricante de aviones pretendía financiar el A350, el avión de largo recorrido y capacidad media, de nueva generación, destinado a competir con el 787 Dreamliner de Boeing. El presidente de la compañía, Thomas Enders, en una carta recogida ayer por el diario Les Echos, pide a los empleados de Airbus que alcancen "los mismos niveles de eficacia que los que habrían garantizado los nuevos socios" para reducir los costes del programa A350.
Según el diario, esto significa un aumento de la jornada laboral y "deslocalizaciones masivas" de producción fuera de la zona euro, probablemente a Rusia.
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