Los psicólogos deberían tener presencia en las consultas médicas de Atención Primaria para tratar a pacientes con problemas psicológicos y desarreglos de ansiedad o trastornos del estado de ánimo, ha dicho hoy Ramón Vilalta, miembro del Consejo de Colegios de Psicólogos.
Vilalta, presidente de la sección de Psicología Jurídica del citado Consejo, ha intervenido hoy en el IV congreso nacional de Psicología Forense y Jurídica que se celebra en Murcia, con una conferencia sobre su especialidad penitenciaria.
Desde el Consejo se aboga por la presencia de psicólogos en Atención Primaria, porque las propias estadísticas del Ministerio de Sanidad indican que un gran porcentaje de las consultas en los centros de salud tienen que ver con cuestiones psicológicas.
Por eso ‘llama la atención’ que no haya un profesional de la psicología para atender desarreglos de ansiedad y trastornos del estado de animo, señaló este experto con más de 18 años como profesional forense en juzgados asturianos de familia, de penal y ahora en uno de Vigilancia Penitenciaria.
Además de las estadísticas oficiales existen estudios de organismos internacionales de los que se desprende la importancia de tratar este tipo de trastornos, hasta ahora atendidos con tratamiento puramente farmacológico, con ayuda psicológica, ha dicho.
Estos informes demuestran -ha añadido- que el tratamiento conductual y psicológico de esos desarreglos reduce el tiempo de baja laboral y puede ser tan eficaz como el de fármacos, salvo en los casos de cuadros graves.
En su intervención ante el congreso, señaló que predecir conductas es imposible, pero que las nuevas técnicas aportan variables que sirven para detectar la posibilidad de reincidencia y alertan sobre el riesgo de que determinados agresores comentan nuevos hechos delictivos.
En el ámbito de la violencia de género, explicó que existen instrumentos para predecir la posibilidad de reincidencias como las amenazas continuadas, los daños contra las propiedades de la víctima o que el agresor tenga acceso a armas, mientras que en delitos sexuales están además de las denuncias o condenas previas.
Por otra parte, Vilalta aseguró que ‘las personas con trastornos mentales no es más violenta, sino que en general son víctimas y no agresores. De hecho tienen una tasa de peligrosidad inferior a la gente considerada normal’.
Además, la investigadora Belén Pérez Sánchez, del grupo de Investigación Psicosocial de la facultad de Psicología de la Universidad de Oviedo, ha defendido en su ponencia que los internos que sufren en su infancia maltrato psíquico de parte de sus padres lo ejercen de adultos contra los progenitores, mientras que no se da cuando el maltrato es físico.
Según el estudio, realizado por este grupo en el Centro Penitenciario de Villabona, en Asturias, los presos que fueron maltratados en la infancia tienen tendencia a cometer en la edad adulta los delitos más violentos, fundamentalmente contra las personas y el patrimonio.
Los comentarios están cerrados.