La demanda de mano de obra para la hostelería este verano es por ahora menor respecto a otros años, aunque la tendencia podría aún cambiar en los próximos meses. "Como previsión y por el miedo a reducir plantilla se han bajado las peticiones del contingente habitual de extranjeros a la mitad, pasando de 300 del 2007 a 150 para esta temporada estival", explicó el presidente de la Federación de Empresarios Turísticos de Castellón (Feturcas), Eduardo Ferreres.
Al respecto, también manifestó tener en cuenta que "muchos negocios hasta última hora no contratarán, por la inseguridad; realmente numerosos posibles visitantes no saben si en junio se quedarán en el paro y reducirán el gasto; vivimos al día".
La temporalidad del trabajo es otro factor a tener en cuenta, "pues el empresario hace una apuesta por un negocio de cuatro meses y, por ahora, no hay muchas perspectivas de campaña y piden menos", dijo.
En todo caso, el sector aún opta por traer empleados foráneos para asegurarse poder dar servicio. "Vienen con contratos del 1 de junio al 30 de septiembre; y luego pueden quedarse un mes más, pero no exceder ese periodo, pues de no regresar a su país de origen se enfrentarían a denegación de permiso para poder volver en la siguiente década", relató el delegado de Feturcas.
En esta línea, Ferreres valoró que "con esta importación se garantiza disponer de empleados, pues hay muchos inscritos en ofertas de las oficinas del Servef que luego abandonan el trabajo; de hecho, el 90% de estos en verano no duran más de 24 horas".
Además del grueso de los empleados foráneos, que se espera lleguen a principios de junio, ya hay una avanzadilla, incluida la veintena de veteranos que llevan en activo desde la pasada Semana Santa –que vienen para estancias más largas, de ocho a nueve meses– y otros que arrancan ya en este puente de mayo.
La gestión se efectúa a través de la Secretaría de Estado del Ministerio de Trabajo, que opera con siete países, que incluyen Bulgaria y República Dominicana, aunque para Castellón este verano proceden de Ecuador, Rumanía, Marruecos y Colombia.
Los veteranos –terminología para denominar al personal más cualificado– son este año los colombianos, en sustitución de los rumanos. "El Gobierno ha contactado con institutos de formación profesional, que les facilitan una lista de camareros por categorías", indicó Ferreres.
La perspectiva de la disminución de la demanda de puestos para restaurantes, bares y hoteles este verano también es compartida por las organizaciones sindicales. La secretaria de Hostelería y Turismo del sindicato Millars-Plana Alta de UGT, Patricia Puerta, manifestó que "hay menos requerimientos, la campaña está más parada que otros años, pero habrá que esperar a ver cómo se plantea".
Asimismo, Puerta opinó que el hecho de que muchos establecimientos hoteleros cierren en invierno convierte este empleo en "fijo-discontinuo". Condiciones que, en su opinión, pueden llevar a que "se trabaje más con inmigrantes, asentados o contingentes". En cuanto al trasvase de operarios de la construcción o la cerámica, cree que "es fácil una vuelta a los servicios; antes el español optaba más por la cerámica para ganar con horas extra, algo que ahora es más difícil".
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