Expertos indios alabaron ayer la política de infraestructuras y de reformas laborales que está llevando a cabo China, mientras que analistas de este país destacaron el buen funcionamiento del sistema educativo de la India y la participación del sector privado en su economía.
Expertos de ambos países analizaron la situación actual de China y la India durante la primera jornada de la 41a Asamblea del Banco Asiático de Desarrollo (BAsD) que se celebra en Madrid hasta el próximo martes.
El vicepresidente del Institute of Public Policy Studies (IPPS) de China, Yang Jiang, destacó que los esfuerzos de la India por transformar su sistema económico hacia un mercado más liberal comenzó a finales de los 80 y principios de los 90, con diez años de retraso con respecto a China.
El vicedirector del IPPS de China, Wang Dashu, afirmó que la experiencia en la India muestra que aunque el Gobierno puede jugar un papel importante en las reformas que se lleven a cabo, la economía puede despegar mejor si interviene también la iniciativa privada.
En su opinión, la transformación que ha tenido la India, al convertirse en una de las economías del mundo con mayor crecimiento puede ser atribuida a circunstancias como el menor intervencionismo estatal y al incremento del número de empresarios indios.
Así, subrayó que ese crecimiento económico ha permitido que el nivel de pobreza pasara del 50 por ciento de la población a finales de los años 70 hasta el 26 por ciento en 2000.
El profesor de la Universidad de Pekín Yan Fengqiao destacó que el desarrollo de la educación es uno de los factores más importantes que ha contribuido al desarrollo económico de la India, donde el Gobierno desempeña un papel muy importante, al sufragar el 90 por ciento de los costes de las instituciones públicas.
Asimismo, incidió en que el sector privado también ha colaborado en los últimos tiempos a apoyar económicamente el sector educativo, lo que ha permitido una mejora profesional de los alumnos y una mejor orientación para futuros trabajos.
Por ello, Fengqiao abogó por la alianza público-privado para un mejor desarrollo futuro del nivel educativo en la India.
Rajiv Lall, del Infraestructure Finance Development Company (IFDC), valoró el desarrollo de las infraestructuras en China, que primero se centraron en las zonas costeras, por tratarse de zonas económicas importantes para la exportación e importación, y luego en las áreas urbanas: sistemas de transporte rápido (aeropuertos, autopistas y ferrocarriles) o de conducción de agua, entre otras.
En su desarrollo ha jugado un papel importante la descentralización del Estado -sólo financia el 10 por ciento del proyecto- en beneficio de los gobiernos locales, explicó.
En su opinión, India debe aprender de la experiencia China puesto que su estructura federal y la dependencia que originan sus coaliciones políticas complica el marco para decidir qué infraestructuras se necesitan.
Además, señaló que China ha tenido éxito en garantizar el acceso universal a la electricidad y en la construcción de carreteras que comuniquen las zonas rurales, mientras que la India no.
El profesor del Center for Policy Research de Nueva Delhi Bibek Debroy, que analizó el mercado laboral chino, consideró que las diferentes reformas aplicadas desde 1978 han introducido más flexibilidad y han mejorado la productividad de los trabajadores y de las empresas, especialmente en el sector industrial, a través de la mejora del capital humano y tecnológico.
Sin embargo, alerta de que el problema del empleo chino reside en el área rural, algo que también le sucede a India que, según Debroy, adolece de infraestructuras y tiene niveles bajos de formación de capital humano.
En cuanto a las exportaciones textiles chinas, el experto explica que su éxito no sólo se basa en la flexibilidad del mercado laboral, sino en otros elementos como las infraestructuras, las economías de escala y las inversiones en tecnología.
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