En la sentencia, que se dicta después de que un jurado popular declarara a ambos culpables de un delito de homicidio y de otro de robo continuado con fuerza, se declara probado que a mediados de junio de 2005 el fallecido despidió a uno de los procesados, momento en el que se deterioró la relación entre ambos, "derivando en una manifiesta enemistad", hasta el punto de que llegó a decir que iba a acabar con la vida de la víctima.
Así, el día 11 de julio de 2005, este acusado quedó con él en la localidad malagueña de Cártama con el pretexto de una propuesta de trabajo y, según la resolución a la que tuvo acceso Europa Press, le golpeó en la cabeza con un objeto contundente, causándole la muerte casi inmediatamente. Luego, le maniató con unas bridas entrelazadas con presillas, que fueron encontradas en su vivienda.
Luego, el cuerpo fue trasladado a un paraje conocido como Arroyo Pedro de la Torre en Álora (Málaga) y arrojado en un pozo de agua, con un bloque de hormigón atado al cuerpo con cuerdas. El cuerpo fue encontrado una semana después. Con posterioridad a estos hechos, el acusado se apoderó de dinero, tras quitar uno de ellos una tarjeta de crédito a la víctima.
Según los jurados y la sentencia, el padre del acusado, que también ha resultado condenado, participó de acuerdo con su hijo en la agresión y en la muerte del hombre y en maniatarlo, además de que le acompañó en la furgoneta para el traslado y le ayudó a arrojar el cuerpo al pozo. Asimismo, una vez que el joven huyó a Inglaterra, el padre realizó más extracciones.
Los jurados tuvieron en cuenta las conversaciones telefónicas intervenidas, los testimonios de los guardias civiles y las periciales realizadas; mientras que los dos británicos negaron cualquier relación con los hechos que se le imputan.
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