Desde la propia compañía y el Ayuntamiento se valora ‘positivamente’ que la plantilla, con un 61 por ciento de votos afirmativos, haya optado por alejar el fantasma de nuevas huelgas, poner fin a un conflicto que se inició el 22 de febrero y, además, no volver a perjudicar a cerca de un millón y medio de usuarios que utilizan cada día el autobús. También se ha destacado que la firma definitiva del convenio colectivo ‘se va a poder llevar a cabo dentro de un clima de paz social’, indican fuentes de la EMT. Por su parte, el coordinador general de Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, Fernando Autrán, explicó ayer que, a su juicio, el convenio colectivo podría entrar en vigor en el plazo de una semana, ‘una vez que sea aprobado por la Inspección de Trabajo’
De un total de 7.721 trabajadores, votaron en el referéndum 6.138. El 61 por ciento lo hizo a favor del preacuerdo y el 37 por ciento en contra. El resto fueron votos en blanco o nulos. CC.OO. no firmó el preacuerdo y apostó por el ‘no’ en el referéndum. Su portavoz, Alberto Blanco, ha dicho que, en cualquier caso, respeta la decisión de los trabajadores y se queja de que también votaran los directivos de la empresa que ‘es personal excluido, por ley, del convenio colectivo’.
El futuro convenio tendrá cuatro años de vigencia con una subida salarial por encima del IPC que va desde el 0,8 al 1,1 puntos de aquí en cuatro años. La empresa sólo considerará absentismo -uno de los puntos más conflictivos del acuerdo- los permisos sin retribuir, las faltas con preaviso y las enfermedades de corta duración. Con la nueva situación, no habrá nuevas convocatorias de huelgas en la EMT. Llega la calma después de dos meses de conflicto, iniciado en febrero, que se han traducido en un total de 24 jornadas de paros.
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