En la principal ciudad turca, la manifestación del Día del Trabajo acabó con graves enfrentamientos entre las fuerzas del orden y los manifestantes que provocaron ocho heridos, y más de medio millar de personas detenidas.
Los altercados comenzaron cuando la policía utilizó gases lacrimógenos y cañones de agua para impedir que los manifestantes se concentrasen en una plaza de valor simbólico, donde el 1 de mayo de 1977 murieron al menos 34 personas víctimas de la violencia. Seis policías y dos manifestantes resultaron heridos y 505 personas fueron detenidas, informó la agencia oficial Anatolia.
En La Habana, Raúl Castro encabezó un multitudinario desfile en la Plaza de la Revolución bajo la consigna de "continuar el camino trazado" por el líder Fidel Castro y aumentar la producción.
Este fue el primer desfile que encabezó Raúl Castro formalmente en el cargo de presidente de Cuba, que asumió el pasado 24 de febrero, después de que su hermano Fidel renunciara a la reelección por convalecer aún de la crisis de salud que lo obligó a alejarse del poder en julio de 2006.
La demanda de mejores salarios centró las reivindicaciones de las manifestaciones en el resto del mundo. Desde las grandes ciudades de Rusia, hasta Roma, Yakarta o Tokio, los manifestantes marcharon por las calles para reclamar un aumento de los sueldos con el que afrontar el alza de los precios de los alimentos. En Rusia, unos 25.000 manifestantes desfilaron en Vladivostok (extremo oriente), 20.000 en Ekaterinburgo (Urales) y cerca de 30.000 en Moscú.
En Italia se organizaron más de un centenar de actos para reclamar mayor seguridad en el trabajo, en un país donde cada año mueren 1.300 personas en accidentes laborales.
Varios miles de personas desfilaron en las más importantes ciudades francesas en defensa del poder adquisitivo, del empleo, las jubilaciones y la regularización de los inmigrantes sin papeles que tienen un trabajo. En París, además, después de cuatro años los dos principales sindicatos franceses, la Confederación General del Trabajo (CGT) y la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT) volvieron a manifestarse unidos.
Escenas similares se dieron en las principales ciudades españolas, aunque la jornada festiva en España estuvo marcada por la explosión de tres bombas en el País Vasco colocadas presuntamente por la banda ETA. Las explosiones no causaron víctimas, pero sí daños materiales.
En Praga, unos 2.000 simpatizantes del partido comunista (KSCM, oposición) aprovecharon la festividad para manifestarse contra el proyecto de escudo antimisiles que Estados Unidos quiere instalar en Polonia y la República Checa.
En Marruecos, varios miles de personas se manifestaron en Casablanca para denunciar las malas condiciones de trabajo, como quedó patente tras el incendio de una fábrica el pasado fin de semana en el que murieron 55 trabajadores.
Los países asiáticos fueron los primeros en celebrar el Primero de Mayo por razones horarias. En Yakarta, Manila, Bangkok, Tokio, Seúl o Singapur las reclamaciones fueron similares a las del resto del mundo: salarios dignos y medidas para luchar contra la actual crisis y el aumento de la inflación.
La Confederación Sindical Internacional (CSI), el mayor sindicato mundial que dice tener 168 millones de afiliados en 155 países, denunció "la falta de soluciones de los gobernantes mundiales" ante la situación actual. La CSI resaltó que ahora "hay cien millones de personas más que el año pasado que no tienen qué comer".
En China -uno de los raros países de Asia donde el 1 de mayo es jornada festiva- no estaba prevista ninguna manifestación, aunque sí se dieron concentraciones en cinco ciudades frente a hipermercados Carrefour para protestar por la posición francesa respecto a la crisis de Tíbet.
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