Fidalgo y Méndez hicieron este aviso en los discursos de cierre de la manifestación del Primero de Mayo que ambos sindicatos celebraron en Madrid con el lema ‘Es el momento de la igualdad, del salario digno y la inversión productiva’; y en la que participaron 25.000 personas, según los organizadores, y unos 9.000, según la Policía Nacional.
Méndez dijo que los sindicatos no aceptarán ningún mensaje sobre la moderación salarial de los trabajadores y emplazó al Banco Central Europeo (BCE) y a los gobernantes políticos a que den ‘ejemplo’ y pidan a los ejecutivos de las grandes multinacionales que se ‘aprieten el cinturón’.
En su opinión, los líderes mundiales, especialmente de la Unión Europea, no pueden tener una posición de ‘resignación’ ante la crisis internacional que se vive porque ha fracasado la política liberal que aplicaban.
Al respecto, en alusión a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, destacó que su política se ‘nutre del thatcherismo’ (en referencia a la ex primera ministra británica Margaret Thatcher): privatizando la sanidad y controlando Telemadrid como Chávez (el presidente de Venezuela).
Sobre la contención salarial, Fidalgo reclamó del Ejecutivo que no perdone ‘ni un euro de los impuestos’ a los empresarios que no tengan proyecto de inversión productiva o que vengan del ‘ladrillo a poner el cazo’
Ahora, precisó, hay que ‘alentar’ las iniciativas que ‘saquen a España de su atonía en el mercado exterior’.
Tampoco van a permitir, advirtió, que ‘retrocedan los derechos sociales’ de los asalariados, aunque se mostró ‘seguro’ de que el Gobierno de Zapatero no lo hará y recordó que la patronal ya sabe lo que queremos.
De los empresarios, señaló que la petición del presidente de la patronal catalana, Joan Rosell, para que los salarios se vinculen a los beneficios empresariales, debería publicarse en la primera página de las revistas satíricas ‘El Jueves’ o ‘Hermano Lobo’.
‘Ahora hay que socializar la caída de los beneficios’, ironizó el secretario general de CCOO
En materia laboral rechazaron nuevas reformas y defendieron la necesidad de que se debata una nueva Ley General de Empleo que atienda las nuevas realidades y que se dialogue con las Comunidades
En sus intervenciones, también rechazaron los atentados de ETA y condenaron los cinco últimos asesinatos (el del sindicalista Isaías Carrasco, los dos ecuatorianos muertos en Barajas y los dos guardias civiles en territorio francés).
Méndez calificó de ‘último reducto del franquismo’ a ETA, de la que señaló que está ‘más acorralada y débil que nunca’; mientras que Fidalgo afirmó que los terroristas no quieren el sindicalismo de clase.
La manifestación se desarrolló sin incidentes, en un ambiente festivo que sólo fue alterado, al final, por un reducido grupo de miembros de las juventudes comunistas, quienes increparon repetidamente a Méndez y a Fidalgo.
Además, de numerosas banderas republicanas, los asistentes portaban pancartas referentes al problema del acceso a la vivienda, del paro y contra el Gobierno de Madrid (Alcaldía y Presidencia) y los banqueros
También se corearon gritos contra la desaceleración (‘qué barbaridad nos meten en la crisis y nos la hacen pagar’), contra la liberalización de los horarios comerciales, se pidió la jubilación anticipada en la construcción a los 60 años e igualdad, estabilidad y mejor salario.
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