El Consejo de Trabajo Económico y Social de Cataluña (CTESC) ha elaborado un estudio sobre la formación profesional en Cataluña que alerta de la falta de médicos, técnicos sanitarios, soldadores, trabajadores de la industria de la alimentación, electricistas, agentes comerciales y camareros.
La lista se completa con técnicos en educación infantil, auxiliares de geriatría, cocineros, trabajadores cualificados del sector agropecuario, carpinteros, operadores de plantas químicas, conductores y operadores de máquinas de imprimir, encuadernar y fabricar papel y cartón.
Entre las ‘disfunciones’ indicadas en el estudio destacan el exceso de población activa catalana poco formada -sin estudios o sólo con los obligatorios-, la falta de calificaciones medias (FP de grado medio o superior y bachillerato) y la polarización en las personas con menos formación y las que tienen estudios universitarios.
Asimismo, se constata una reducción de 5.406 personas tituladas en ciclos formativos de FP entre el curso 2000-2001 y el de 2005-2006, lo que supone un descenso del 19,3 por ciento en términos relativos.
El estudio subraya la sobredimensión de los alumnos de formación ocupacional en las áreas de administración y gestión e informática, y el desajuste entre la oferta y la demanda en artes gráficas, comercio y mercadotecnia, edificación y obra civil, electricidad y electrónica, mantenimiento de vehículos, químicas, actividades agrarias y marítimo-pesqueras, imagen personal, seguridad, medio ambiente, fabricación mecánica, hostelería y servicios socioculturales.
En este último sector, el estudio concluye que el empleo crece con mucha más intensidad que los titulados y calcula que con el despliegue de la Ley de Dependencia se generarán en los próximos años entre 33.900 y 42.000 puestos de trabajo en Cataluña.
Según el CTESC, organismo integrado por las patronales y los sindicatos, la oferta de formación ocupacional debería ser más flexible para adaptarse a las necesidades reales.
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