La economía española se desaceleró durante el primer trimestre del ejercicio hasta el 2,8%, desde el 4,1% de igual periodo de 2007, como resultado de un recorte "significativo" en las tasas de avance de los distintos componentes de la demanda nacional.
Según el último boletín trimestral que elabora el Banco de España, se ha producido una desaceleración "más pronunciada de la actividad en el primer trimestre de 2008".
En este sentido, el organismo que dirige Miguel Ángel Fernández Ordóñez explica que esta desaceleración se enmarca en un ajuste "más intenso del sector inmobiliario, en un entorno en el que la prolongación del episodio de turbulencias financieras ha contribuido a acentuar el clima de incertidumbre sobre la evolución económica".
Ya en el último trimestre de 2007, recuerda el Banco de España, se empezaron a observar los primeros indicios de que el episodio de inestabilidad financiera surgido en el verano "podía estar intensificando la trayectoria de ajuste que había iniciado ya la economía española, lo que se ha visto confirmado en los primeros meses de este ejercicio".
Por el lado de la oferta, la actividad y el empleo siguieron en 2007 una trayectoria de desaceleración, "también más acusada que en la segunda parte del año, reflejando, sobre todo, la mayor intensidad del ajuste en el sector de la construcción y en las actividades relacionadas".
La institución puntualiza que la información de la EPA correspondiente al primer trimestre del año muestra una "moderación" del dinamismo del empleo, desde el 2,4% del cuarto trimestre de 2007, hasta el 1,7%. Mientras, la tasa de paro repuntó hasta el 9,6% "en un entorno de mayor expansión de la población activa".
En cuanto a los precios, el Banco de España dice que la inflación volvió a aumentar en los primeros meses de 2008, impulsada por nuevos incrementos en los precios del petróleo y de las materias primas alimenticias.
"La economía española se ha desenvuelto, por tanto, en los primeros meses de este año en un entorno exterior más débil y en el que el deterioro del clima financiero internacional se ha trasladado a los mercados financieros nacionales", afirma.
El supervisor añade que la prolongación de este episodio está contribuyendo a propagar un clima de incertidumbre sobre la evolución económica, "con efectos claros sobre la confianza y las decisiones de gasto, aunque su impacto sobre el coste y la disponibilidad de financiación del sector privado continuaba siendo, todavía, relativamente limitado".
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