‘Mucho trabajo, pocos medios’. Así de clara y concisa describe la titular del juzgado de Instrucción número 4 de Molina de Segura, María Luisa González, cómo es el día a día de este órgano. Éste es uno de los muchos juzgados de la Región compatibles con asuntos de Violencia de Género que, a día de hoy, se encuentran hasta arriba. Desbordados de trabajo.
El órgano que dirige esta mujer gestiona más de dos denuncias diarias relacionadas con el maltrato a las mujeres. Esta cifra podría parecer mínima si no fuera porque a ese trabajo hay que sumar todo el resto de asuntos, penales y civiles, que llegan hasta sus manos. Y éstas siguen siendo las mismas.
‘Estamos sobresaturados porque tenemos una carga de trabajo añadida y, sin embargo, no se ha dotado al juzgado de mayor personal’, explica la juez. González piensa trasmitir, en breve, a las altas instancias las necesidades de mayor personal en su juzgado. ‘Este tema ya se ha solicitado en otras ocasiones, pero se denegó’.
Desde que la ley integral contra la Violencia de Género vio la luz, el sistema judicial se ve obligado a lidiar, diariamente, con numerosas denuncias que copan los juzgados. La última evidencia de esta situación saltó a la palestra tras el asesinato de Sylvina Bassani, una mujer argentina que murió hace unas semana a manos de su marido tras haber demandado múltiples órdenes de alejamiento. Otro presunto error judicial que comienza a despertar la alerta de la sociedad.
González, en cambio, parece tener muy claras cuáles son las armas con las que se debe luchar para mejorar la protección de estas mujeres: ‘más personal en los juzgados y una mejor coordinación entre la Administración y los Cuerpos de Seguridad’.
Precisamente, esta juez ha estado presente, hace escasos días, en una reunión conjunta entre el Ayuntamiento de Molina y las Fuerzas de Seguridad. ¿Su objetivo? Mejorar la coordinación entre ambas. ‘Las órdenes de protección, por ejemplo, deben estar claramente centralizadas y se debe crear un punto de información general’, explica.
Este juzgado de Molina gestionó el pasado año 452 denuncias por Violencia de Género. Demasiadas. Para luchar con esta lacra se han habilitado medios materiales y mucho ahínco. Ahora hacen falta manos.
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