El Ayuntamiento de Alicante decidió suspender de empleo y sueldo durante un mes a un conserje del Centro Social Isla de Cuba por una «grave desconsideración con sus compañeras».
Según el Ayuntamiento, en noviembre de 2007 les gritó y les recriminó que usaran el teléfono sin pedirle las llaves de un despacho, al que estaban autorizadas a entrar.
Según fuentes municipales, que citan las declaraciones de otros empleados, el ahora expedientado «se puso hecho un energúmeno» mientras los «padres y los niños que había delante miraban extrañados».
Además, otra trabajadora declaró que el conserje hablaba solo detrás de una de las afectadas diciendo «esto no se puede consentir».
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