La medida de fuerza, que empezó a las 05.00 GMT de ayer, ha obligado a la petrolera BP a cerrar el oleoducto de Forties, que depende de esa refinería y transporta un treinta por ciento de la producción británica diaria de crudo procedente del Mar del Norte.
Algunas gasolineras escocesas se han visto afectadas por el paro, pero el Gobierno británico ha insistido en que hay suficiente combustible para los próximos días.
Según los expertos, la huelga puede costar al Reino Unido unos 50 millones de libras (unos 63,5 millones de euros).
Fuentes de los sindicatos que agrupan a los trabajadores han señalado que sus miembros están dispuestos a hablar con la dirección
‘Nos reuniremos en cualquier momento, en cualquier lugar para resolver la disputa, y esperamos que la compañía sea sensata’, subrayó Pat Rafferty, del sindicato Unite.
En los últimos días, los 1.200 trabajadores de la refinería de Grangemouth habían anunciado paros de dos días (hoy y mañana) para protestar por la finalización del programa de planes de pensiones, tras no alcanzar un acuerdo con Ineos, propietario de la planta desde el 2005, cuando se la compró a la propia BP.
El Gobierno autónomo escocés ha informado de que unas 65.000 toneladas de gasolina, especialmente diesel, equivalente a diez días de reservas, llegarán al Reino Unido en los próximos días de puertos de otros países de Europa continental.
El ministro principal escocés, Alex Salmond, ha pedido a la gente que sea responsable y que no haga viajes innecesarios en automóviles.
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