De todas formas, los dirigentes agropecuarios atan esa posibilidad a que se registren ‘señales claras’ del Ejecutivo en relación a los reclamos del sector y a que exista el visto bueno de las bases, que recientemente protagonizaron una huelga de 21 días en rechazo al aumento impositivo a las exportaciones de granos establecido por el Gobierno.
‘Si hubiera una opinión muy clara del ministro de Economía, podría tratarse (una prórroga) de una semana o diez días, no más que eso. Está en las posibilidades’, admitió ayer el presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), Pedro Apaolaza, en declaraciones radiales.
Las cuatro mayores asociaciones del campo analizarán esta posibilidad en los próximos días, antes del viernes 2 de mayo, cuando vence la tregua de 30 días establecida por el sector después de la huelga y las protestas en carreteras realizadas en numerosas ciudades del país, en repudio a la suba de aranceles para la exportación de soja y girasol y a regulaciones gubernamentales.
De todas formas, fuentes del sector agropecuario señalaron a Efe que ‘son bajas’ las posibilidades de que pueda extenderse el plazo, ya que ‘las bases no están dispuestas a esperar más tiempo’.
Además, consideraron que ‘las políticas están por encima de los nombres, con lo que más allá del cambio de un ministro, hay que analizar las políticas que se implementan’ en respuesta a los reclamos del campo.
En tanto, la prensa local informó ayer de que el Gobierno de Cristina Fernández analiza también la posibilidad de ‘corregir’ el esquema de retenciones móviles anunciado el pasado 11 de marzo, que provocó la protesta del campo.
‘Esta revisión sería una muy buena señal para el sector, pero las expectativas no pintan demasiado bien. Necesitamos una posición coherente del Gobierno, y una voz en un solo sentido’, enfatizó Apaolaza.
Este esquema fue diseñado durante la gestión del entonces ministro argentino de Economía, Martín Lousteau, quien en la noche del jueves presentó su renuncia al cargo, la cual fue aceptada por Cristina Fernández, quien designó en su lugar a Carlos Fernández.
Las asociaciones agropecuarias dijeron este viernes que el cambio del titular de Economía abre cierta esperanza en destrabar las negociaciones que se llevan a cabo con el Gobierno, pero expresaron su ‘preocupación’ por el ‘tono de confrontación’ de ciertos sectores oficiales, en especial el del ex presidente Néstor Kirchner, esposo de la jefa de Estado, Cristina Fernández.
El titular de la Federación Agraria de la provincia de Entre Ríos, Alfredo de Angeli, aseguró ayer que ‘cuando el ex presidente habla, se agrava la situación porque la gente del campo se pone muy mal, le da mucha bronca’, lo que acrecienta las posibilidades de que el próximo viernes ‘vuelvan’ al paro y a las protestas.
Sin embargo, Hugo Moyano, el líder de la Confederación General de los Trabajadores (CGT), la mayor central sindical del país, advirtió ayer que en las carreteras ‘pasan todos o no pasa nadie’ ya que los camioneros ‘no van a soportar más que los tengan de rehén’, como aseguró que ocurrió durante los bloqueos de carreteras que realizaron los productores rurales en el marco de la protesta.
De todas formas, la presencia este viernes de los dirigentes de las principales entidades del campo en el acto de asunción de Carlos Fernández fue evaluada como un gesto de acercamiento por el Gobierno, según indicaron fuentes oficiales.
Portavoces del sector agropecuario anticiparon que el próximo lunes pedirían una reunión con el flamante ministro de Economía para avanzar en las negociaciones.
Pero el jefe del Gabinete argentino, Alberto Fernández, aclaró este viernes que el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, que lleva cuatro meses y medio de gestión, ‘comparte’ la intención de las medidas que dictó Lousteau, porque apuntan ‘a una mejor distribución del ingreso’.
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