‘Estamos totalmente opuestos a las regularizaciones masivas’ subrayó Fillon en una entrevista divulgada ayer por ‘Le Journal du Dimanche’, en referencia a la polémica suscitada por la huelga de inmigrantes irregulares en París y su región que se ha ido amplificando desde que se inició el martes de la semana pasada.
Reiteró la reprimenda lanzada el pasado jueves por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, que tras excluir una regularización global por el efecto llamada que genera, cargó contra los empresarios que dan trabajo a inmigrantes sin documentación.
Fillon, en concreto, habló de la ‘hipocresía de ciertos empresarios que contratan a clandestinos para luego pedir su regularización’ y añadió que ‘un empresario debe respetar la ley, como cualquier otro francés. Cuando contrata a un asalariado, debe verificar si está en regla’.
‘Regularizar a todos los asalariados en situación ilegal sería una incitación a contratarlos en lugar de a los que tienen papeles.
Sería la negación de todas las leyes de nuestro país’, sentenció.
El sindicato CGT que apoya a los inmigrantes en huelga llegó el pasado martes a un acuerdo con el gabinete del ministro de Inmigración, Brice Hortefeux, para que esos sin papeles presenten sus expedientes para que sean examinados ‘caso por caso’ por las prefecturas (delegaciones del Gobierno). Desde entonces se han enviado cerca de 1.000 de esos expedientes.
Por otro lado, Fillon reconoció como hizo Sarkozy el pasado jueves, que su Gobierno ha cometido ‘errores’ en casi un año que lleva en funciones, pero dijo que en parte tienen que ver con el hecho de que ‘hacemos muchas reformas a un ritmo muy rápido’.
‘La rápida ejecución conduce a veces a cometer errores. Prefiero que haya algunos errores pero que no se frene la ejecución de las reformas’, argumentó.
Asumió en particular su ‘parte de error’ en la comunicación del ‘escudo fiscal’, por el cual un contribuyente no va a pagar entre el conjunto de sus impuestos más del 50% de sus ingresos, medida criticada por la izquierda que la consideraba un regalo para ricos.
‘Lamento en particular no haber sido entonces más ofensivo frente a una izquierda que travestía la verdad con cifras y argumentos archi-falsos’, explicó Fillon, antes de añadir que ‘tendríamos que haber combatido ese discurso mentiroso e irresponsable con más firmeza’.
El jefe del Gobierno conservador dijo entender ‘que los franceses estén preocupados, inquietos, que sean críticos con las reformas’, pero también que ‘pueden entender que las reformas lanzadas hace uno, tres, seis meses, no pueden dar todavía resultados’.
En cualquier caso, insistió en la necesidad de esas reformas porque ‘Francia no tiene tiempo que perder’ ya que ‘desde hace 20 años, nuestro país tiene dudas para entrar en el siglo XXI’.
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