Aparentemente, la salud de los trabajadores más jóvenes de Catalunya es peor que la de los empleados a punto de jubilarse. Una media del 3,75% de los asalariados de 16 a 24 años faltan al trabajo algún día cada mes por incapacidad temporal, frente al 2,35% de los que tienen más de 55 años, según un estudio de CCOO basado en datos del departamento de Salut de la Generalitat.
Los jóvenes que se acaban de incorporar al mercado laboral tienen el índice de incidencia de bajas más alto, seguido por el de los empleados en la franja de 25 a 34 años, con una media mensual del 3,17%, de 35 a 44 (2,4%), de más de 55 (2,35%) y de 45 a 54 años (2,13%). "Hay que estudiar más a fondo los datos, pero es probable que la elevada incidencia de las bajas en los jóvenes tenga alguna relación con la mayor precariedad laboral que sufren", aseguró Llorenç Serrano, secretario de salud de CCOO de Catalunya.
Para empezar, la alta temporalidad, que supera el 50% en los jóvenes, es un factor de riesgo a la hora de sufrir accidentes laborales, enfermedades profesionales y otros problemas de salud, según el sindicato. Además, es necesario estudiar con más profundidad la importancia que puede tener las dificultades para adaptar el horario laboral con "la vida personal". "Los padres que tienen que hacerse cargo de un hijo enfermo –apuntó Serrano– no tienen derecho a ninguna prestación o a un canguro público".
CRÍTICAS A EMPRESAS
Respecto a la crítica recurrente de algunos directores de personal de que los jóvenes están menos comprometidos con el trabajo, el sindicalista advirtió de que "las empresas no ofrecen ahora las mismas posibilidades de hacer una carrera que años atrás a jóvenes con sueldos muy bajos y condiciones precarias", y recomendó más inversión en prevención laboral.
Los jóvenes suelen registrar procesos de incapacidad temporal de duración corta. El 64% del más de un millón de bajas registradas en Catalunya en el 2007 duraron entre 1 y 15 días, el 11% hasta 30 jornadas y el 25% superaron el mes de incapacidad. Estas últimas tienen una relación directa con el deterioro de la salud con enfermedades o lesiones de larga duración. Los repetidores de bajas, al registrar más de un proceso, fueron unos 103.000 trabajadores, mientras que otros 581.000 tuvieron únicamente una incapacidad temporal. El 80% de los trabajadores catalanes, un porcentaje que equivale a 2,7 millones, no tuvieron ninguna baja durante el año pasado.
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