Las organizaciones sindicales y patronales de Portugal se mantienen cautelosas ante una propuesta gubernamental de reforma del Código de Trabajo orientada a combatir la precariedad laboral que afecta a un 20% de la población activa.
La modificación legislativa espera reducir el número de contratos a plazo y ayudar a los trabajadores que figuran como autónomos pero desarrollan su labor profesional dentro de una empresa y causó la semana pasada manifestaciones de decenas de miles personas en Lisboa y Oporto.
Para bajar la relación laboral precaria, la iniciativa del gobierno socialista luso prevé que las empresas con empleados autónomos a su servicio paguen parte de la tasa de la Seguridad Social que actualmente es abonada íntegramente por el trabajador.
Sin embargo, el grupo Farto Destes Recibos Verdes (Hartos de Estos Recibos Verdes o FERVE), que agrupa a esos trabajadores, cuyos pagos son efectuados a través de un recibo de servicios externos de color verde, no se mostró muy convencido del éxito de las medidas y afirmó que pueden llevar a "eternizar" su situación.
FERVE duda de que el pago del 5% de la tasa de Seguridad Social vaya a disuadir a las empresas de utilizar ese sistema para ahorrar costes y teme que pueden encontrar fórmulas para perpetuar la situación de los autónomos en sus "plantillas".
Por su parte, el Partido Comunista Portugués (PCP) considera que la reforma es un "paso atrás" en los derechos de los trabajadores y pide que la rechacen y exijan al Gobierno una reducción verdadera de los empleados encubiertos como autónomos.
El presidente de la Asociación Industrial Portuguesa (AIP), Jorge Rocha de Matos, pidió ayer que la reforma laboral se realice con sensatez para que no tenga impacto en las pequeñas y medianas empresas, que representan el 75% del mercado de trabajo en el país.
"Espero que el sentido común prevalezca entre Gobierno, entidades patronales y sindicales", dijo el responsable de la AIP, a favor también de que la reforma amplíe los motivos de despido procedente y las condiciones para firmar contratos a plazo.
El primer ministro luso, José Sócrates, aseguró que es una "enorme injusticia" la situación que viven muchos trabajadores, mayoritariamente jóvenes, que trabajan como autónomos y pagan toda su contribución a la Seguridad Social.
Sócrates anunció que también se creará una nueva figura para este tipo de casos, que incluya la firma de un contrato de trabajo.
El Ejecutivo propone además la reducción de la tasa que tiene que pagar el trabajador a la Seguridad Social del 32 al 24,6% de sus ingresos.
"Estas son medidas importantes, concretas y con fuerza para combatir la precariedad laboral", destacó el primer ministro luso.
Con todo, una de los aspectos más contestados por los sindicatos en el proyecto de reforma es la propuesta gubernamental de caducidad de todos los convenios colectivos con más de 10 años, los cuales tendrán que ser renovados en un plazo de un año y medio para dinamizarlos y enriquecerlos, según la idea oficial.
La reforma también aspira a favorecer la flexibilidad de los horarios laborales, factor que Sócrates considera esencial para asegurar el éxito de las empresas y la creación de puestos de trabajo.
Los posibles cambios en el Código laboral se presentaron a los agentes sociales esta semana después de las manifestaciones de Oporto y Lisboa, con las que los sindicatos y los partidos de izquierda quisieron "advertir" al Gobierno socialista de que no tolerarán un recorte en los derechos de los trabajadores.
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