La persecución del sueño americano empuja a los estadodunidenses a trabajar más horas mientras que el esclerótico mercado laboral europeo desincentiva el trabajo de los europeos. La diferencia en horas trabajadas hace a los estadounidenses más ricos, pero a cambio los europeos disfrutan de más horas de ocio, según se desprende del estudio “Los efectos de las condiciones laborales sobre las horas de trabajo: La experiencia de EEUU y la UE” de la Fundación Areces, que explica las razones por las cuales durante las tres últimas décadas la jornada laboral de los trabajadores de EEUU ha aumentado significativamente mientras que se ha reducido en Europa.
Según este informe, las horas trabajadas por habitante son un 30% mayor en Estados Unidos que en Europa, lo que explica que el PIB per cápita de EEUU sea alrededor de un 30% superior que el de Alemania o Francia. Asimismo, concluye que las encuestas sobre satisfacción laboral muestran que los europeos son notablemente menos propensos a desear trabajar más horas de las que ya trabajan. La diferencia en horas trabajadas es un fenómeno reciente: en los años 70 los europeos trabajaban un poco más que los estadounidenses.
Según los autores del trabajo, Claudio Michelacci y Josep Pijoan-Mas, ambos del Centro de Estudios Monetarios y Financieros (CEMFI), la dispersión de salarios ofrece mayores oportunidades a los trabajadores americanos mientras que la dificultad de obtener ofertas reduce el premio al esfuerzo de los trabajadores europeos.
Este es uno de los ocho trabajos de investigación que se presentarán en el contexto de una reunión de expertos organizada por la Fundación Ramón Areces sobre “La Macroeconomía de los mercados de trabajo en Europa y Estados Unidos” que se celebrará los días 9 y 10 de Mayo próximos y en la que destaca la presencia del profesor Chris Pissarides, considerado como un firme candidato al Premio Nobel de Economía por sus innovadoras aportaciones sobre los flujos del mercado laboral.
Evolución opuesta en horas trabajadas
El trabajo de los profesores C. Michelacci y J. Pijoan-Mas explica que durante los últimos 35 años la cantidad de horas trabajadas en los Estados Unidos y Europa ha evolucionado de forma opuesta. A principios de los años 70, el total de horas trabajadas por habitante en países como Alemania, España o Francia era ligeramente superior al total de horas trabajadas por habitante en los Estados Unidos. Sin embargo, a día de hoy el total de horas trabajadas por habitante es un 30% mayor en Estados Unidos que en Europa. Según los autores, “el aumento de las horas trabajadas en Estados Unidos es resultado de las mayores opciones de carrera profesional que surgen en un mercado más competitivo y con más desigualdad salarial”.
La creciente diferencia en horas trabajadas es en parte debida a la diferencia en tasas de participación laboral (que ha aumentado más en los Estados Unidos que en Europa) y en parte debida a la diferente evolución en las tasas de desempleo (que han aumentado sólo en Europa en estos 35 años). Sin embargo, alrededor de la mitad de la diferencia es debida a la distinta evolución de las horas por trabajador. Naturalmente hay diferencias en las horas por trabajador entre países europeos, aunque éstas son pequeñas comparadas con las diferencias con Estados Unidos. Por ejemplo, la jornada laboral en España es más larga que en Alemania o Francia, pareciéndose más a la jornada en Estados Unidos.
Sin embargo, cuando se tiene en cuenta que el número de días de vacaciones en España es notablemente más elevado que en los Estados Unidos, las horas por trabajador en España no están lejos de las horas de los otros trabajadores europeos. Un tipico trabajador estadounidense trabaja más de 46 semanas al año a diferencia de un trabajador español medio que trabaja alrededor de 42 semanas.
¿Por qué y para qué trabajar más horas? La decisión de cuántas horas trabajar una vez se tiene un empleo es voluntaria para muchos trabajadores. Pero, ¿por qué trabajar más horas? La idea principal es que los trabajadores ven la dedicación laboral no sólo como una fuente de ingresos corrientes, sino también como una inversión en capital humano que les permitirá obtener en el futuro promociones a trabajos mejores, ya sea dentro de la misma empresa o a través de ofertas de otras empresas.
De hecho, la evidencia empírica disponible es coherente con el hecho que, tanto en los Estados Unidos como en Europa, la probabilidad de obtener un ascenso aumenta con la cantidad de horas trabajadas en el pasado. Pero ganar promociones y ascensos mediante la acumulación de horas trabajadas es costoso, y los trabajadores en ambos lados del Atlántico están dispuestos a realizar el esfuerzo sólo si éste merece la pena.
En este sentido, los autores del trabajo afirman que “nuestra teoría predice que los cambios observados en el mercado laboral durante las tres últimas décadas han aumentado el rendimiento a alargar la jornada laboral en Estados Unidos y lo han reducido en Europa. La dispersión de salarios ofrece mayores oportunidades a los trabajadores americanos mientras que la dificultad de obtener ofertas reduce el premio al esfuerzo de los trabajadores europeos. De algún modo, la persecución del sueño americano hace a los estadounidenses trabajar más, mientras que el esclerótico mercado laboral europeo desincentiva el trabajo de los europeos”.
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