Después de dos días de descanso, los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid que desde el pasado lunes mantienen "una huelga a la japonesa", es decir, se reúnen para no parar de trabajar, vuelven hoy a encerrarse las 24 horas al día en la Facultad de Filosofía para debatir sobre los diferentes puntos que contempla el Plan Bolonia sobre universidades europeas, con el cual no están de acuerdo.
Uno de los miembros de esta ‘asamblea de trabajo’, Víctor José Moreno, explicó a Europa Press que sobre las 8.00 de la mañana continuarán trabajando como lo estaban haciendo la semana pasada y asistiendo a clase a la vez. Así, volverán a pasar las noches en el hall de la Facultad con sus sacos de dormir entre debates sobre la legislación europea universitaria.
Moreno recordó que tras el encuentro el pasado viernes entre estudiantes y profesores con el rector de la Universidad Complutense de Madrid, Carlos Berzosa, éste se comprometió a instalar una carpa al lado de la parada de Metro de Ciudad Universitaria, para que los propios alumnos puedan organizar jornadas de debate sobre las cuestiones que les preocupan.
Asimismo, el rector adquirió el compromiso de llevar al claustro rectoral la cuestión relativa al Master en Formación del Profesorado, el nuevo título que tienen que sacarse los licenciados y diplomados para poder ser profesor de Secundaria, y realizar una petición por parte de la Facultad para intervenir ante el Ministerio de Educación y que se derogue el anexo a la Orden Ministerial en la que se recoge el Plan de este máster.
Este estudio corresponde al antiguo Certificado de Aptitud Pedagógica, que costaba dependiendo por comunidades entre 150 y 200 euros, y apenas había que asistir a clase. Sin embargo, el máster durará un año, costará entre 1.500 y 1.800 euros, y sólo tocará materia de psicopedagogía, es decir, "nada de contenidos". "Las nuevas titulaciones se devalúan en contenidos y encima esto lo agrava", subrayó Moreno.
Moreno recordó que los cerca de 200 estudiantes "encerrados", de distintas titularidades como Filosofía, Filología, Historia, Matemáticas, Biologías, Ciencias Políticas, Sociología y Psicología, están trabajando "sin parar" con comisiones de texto, donde se están releyendo todos los textos legales referentes a la reforma universitaria, y con comisiones de extensión, para contactar con otras facultades, estudiantes, asociaciones y profesores.
Bajo los lemas de ‘Queremos estudiar y Bolonia no nos deja’, ‘No al máster en formación al profesorado porque queremos ser buenos profesores’ y ‘Dormimos en la facultad porque si nos vamos a casa la destruyen’, el principal eje de sus "protestas" consiste en que la convergencia europea no es sólo una homologación a nivel europeo de la universidad sino con dicha homologación, " a la que nadie dice nada", se cambia el sentido mismo de la existencia de la universidad, indicó el estudiante.
Con esta convergencia se cambian los criterios. Ya no son científico académicos, sino criterios de ‘rentabilidad social’, que consiste en que las universidades consigan financiación externa, es decir, de las empresas", apuntó Moreno.
Devaluación de los contenidos
Asimismo, denuncian "la devaluación de contenidos de las titulaciones". Hasta ahora han estado presentes las licenciaturas (de 5 años) y las diplomaturas (de 3 años) con todos los cursos con contenidos académicos, y con el Plan Bolonia han pasado a llamarse grados, que durán cuatro años.
Según la Asamblea, el primer año de este grado tiene asignaturas comunes y el último puede ser un año completo de prácticas con lo que al final "quedan propiamente 2 años de contenidos académicos".
El Plan Bolonia establece que después del grado, se puede cursar un postgrado cuyas tasas por crédito han pasado de 9 euros a 25 euros, según la Asamblea. Además, Moreno, en nombre de la Asamblea, subrayó que el Ministerio de Educación entiende que lo que hay que cambiar es la "percepción social" del sentido del acceso a un postgrado "de forma que no todo el mundo podrá entrar". "Por lo tanto, enseñanza universal no habrá, y nosotros pedimos que esta educación sea de acceso a todo el mundo", apostilló.
Por otro lado, Moreno explicó que se está empezando a aplicar un nuevo tipo de becas, las llamadas ‘becas préstamo’, y aunque no se eliminan de entrada las becas convencionales, "comienzan a emerger una nueva dinámica",donde el estudiante tendrá que devolver al salir de la universidad el dinero que ha recibido mientras estaba becado. "Progresivamente está cambiando el sentido de las becas y la enseñanza universal pública, gratuita y de calidad está siendo amenazada", apuntó Moreno.
Asimismo, la Asamblea denuncia que están cambiando los criterios de rentabilidad económica, y que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA) tiene nuevos criterios para validar las titulaciones de cada universidad."Estos criterios no son científico-académicos, sino de ‘rentabilidad social’ y poco a poco desaparecerán titulaciones como las filologías porque no son rentables", señaló.
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