‘Espero que este caso colee mucho tiempo, porque se tiene que enfadar mucha gente; gente que además paga dinero a medios de comunicación para que se hagan programas en gallego o pongan cuñas de Vicepresidencia de la Igualdad y luego se cepillen a los trabajadores que no les gustan. Espero que alguien se atreva a dar un golpe en la mesa’, comentó indignada.
Quintairos solicitó en 2004 una excedencia en la emisora a la que pertenece para ocupar durante cuatro años el puesto de responsable de prensa del BNG en la Diputación de A Coruña, y cuando en julio de 2007 solicitó reincorporarse se topó con la negativa de los dirigentes de la emisora. A partir de ahí comenzó el periplo judicial.
Al no informar la emisora a la trabajadora de las causas de su despido, Isabel Quintairos alegó que la decisión empresarial estaba motivada por su matrimonio con una mujer y por haber trabajado para un partido nacionalista de izquierdas.
La sentencia judicial que declara nulo el despido, y por tanto la obligación de la Cope a readmitirla, señala que la empresa ‘no fue capaz de acreditar que la no readmisión obedecía a las dos causas esgrimidas por su defensa’.
Así las cosas, la periodista aclaró que ha trabajado para el BNG pero que nunca ha sido militante de la fuerza nacionalista. ‘Yo he trabajado para la Ser, para la Cope y para el Bloque; y si mañana me paga el PP, Falange Española o los Mormones del Ultimo Día, pues iré si me da la gana. Soy una profesional que se alquila’, aseveró.
Con 45 años, 21 de ellos trabajando para la Cope, la periodista indicó que su sueldo es mileurista y que en su actual situación el próximo mes en su casa ‘no se podrá comer’.
‘Mis abogadas -agrega- me dicen que esto está ganado y que es cuestión de tiempo, pero en mi situación económica si no me paga ni el INEM ni la Cope, qué hago, porque en mi casa hay que comer’.
Isabel Quintairos explicó que la carta de despido que recibió de la Cope ‘no tiene desperdicio’. ‘Veinte días por año trabajado, por lo tanto 32.000 euros, que no he cobrado porque no acepté el talón’, dijo.
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