Los agricultores argentinos que llevaron adelante una huelga de 21 días contra los aumentos de impuestos quieren volver a bloquear las carreteras, impacientes por la falta de resultados en la negociación con el Gobierno, afirmó el jueves un líder de las organizaciones agropecuarias.
"Los miembros del gobierno (designados) para las negociaciones están dilatando las definiciones. Muchos productores quieren volver a bloquear las rutas", dijo Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, que nuclea a unos 100.000 pequeños productores del agro.
El bloqueo de rutas fue la modalidad de protesta durante los 21 días de huelga, cuando grandes centros urbanos quedaron desabastecidos de alimentos y otros insumos, hasta que se pactó una tregua de 30 días que finaliza el 2 de mayo.
Sin embargo, el gobierno y los jefes de las cuatro más grandes entidades de agricultores se reunieron el jueves en un ambiente enrarecido por acusaciones que se conocen por trascendidos en la prensa y, luego de más de 3 horas de deliberaciones, decidieron pasar a un cuarto intermedio.
"Hay incertidumbre y desconfianza", dijo Buzzi, que representa a los productores más afectados por un esquema de impuestos móviles a las exportaciones de granos que desencadenó el conflicto.
El jefe de Gabinete, Alberto Fernández, afirmó el jueves que el gobierno trabaja para levantar las limitaciones a las exportaciones de carne, una de las reivindicaciones que los ganaderos llevaron a la mesa de negociación, aunque les exigió evitar que la medida tenga un impacto inflacionario.
Pero las negociaciones siguen empantanadas en el tema clave del aumento tributario a las exportaciones de soja, cultivo estrella en Argentina, y también de girasol. En un país con un fuerte sector agrícola, los tributos a la soja y el girasol representarán casi 11.000 millones de dólares anuales.
Sólo el valor de la cosecha sojera de 2008 se calcula en unos 24.000 millones de dólares. Los productores rechazan los impuestos por considerarlos confiscatorios, pero el gobierno anunció que no dará marcha atrás, aunque atenuará el impacto sobre los pequeños agricultores. Unos 250.000 agricultores apoyaron huelga hasta el 2 de abril y quedaron en estado de alerta.
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