Trabajadores de la fábrica malagueña de teléfonos móviles Vitelcom mantienen un encierro tras desistir la multinacional surcoreana Hyundai de su compromiso de comprar la factoría y asumir a sus 296 empleados para fabricar placas solares, mientras la Junta de Andalucía negocia con otra empresa una venta.
Todo el personal quedará desempleado el lunes o martes próximo ante la inminente liquidación de Vitelcom, ahora en proceso concursal, y los encerrados en la fábrica urgen a la Junta a acelerar y culminar sus "avanzadas" conversaciones con una empresa del sector, de la que no ha trascendido su nombre, ha informado ayer a Efe el secretario del comité de empresa, Juan Romero.
Una docena de trabajadores han permanecido en la fábrica durante la pasada noche, los encierros se mantendrán de forma indefinida entre las 8.00 y las 20.00 horas y anuncian otras movilizaciones para la próxima semana.
Tras más de un año de que Vitelcom Mobile Technology entrara en proceso concursal, los tres administradores concursales han efectuado pagos con dinero que puso Telefónica y al agotarse los fondos tienen que liquidar, de hecho el personal sólo cobrará hasta el pasado 14 de abril, menos de la mitad de este mes, según Romero.
Los empleados demandan celeridad a la Junta en sus contactos y confían en que se alcance pronto una solución tras haber renunciado Hyundai a cumplir el compromiso alcanzado con el sindicato CCOO de comprar los dos centros de Vitelcom en el Parque Tecnológico de Andalucía (PTA), con sede en Málaga, y asumir toda su plantilla.
Esta operación la autorizó hace dos meses el juez de lo Mercantil de Málaga Enrique Sanjuán por 29 millones de euros.
La administración concursal estudiará la posibilidad de ir en contra de Hyundai por el incumplimiento, ya que "se la ha confeccionado un traje, no ha terminado de ponérselo y debe cumplir el compromiso o indemnizar", según el representante del personal.
En este sentido, ha añadido que "era todo un proyecto a expensas de una firma que no se ha dado; cuando se podían haber echado atrás se han ratificado y, al final, no lo han hecho" y que conocieron el pasado lunes en Sevilla que el consejo de administración de la matriz de Hyundai en Corea acordó no materializar la adquisición.
Este jarro de agua fría llega cuando preveían que para junio o julio próximos trabajaran todos los empleados en la nueva empresa en una operación que preveía indemnizarlos por extinción de contratos a razón de veinte días de salario por año trabajado y que siguieran rigiéndose por el convenio de siderometalurgia en la nueva empresa.
Vitelcom tenía como cliente exclusivo a Telefónica, recibió subvenciones de la Junta y alcanzó una deuda de más de 240 millones de euros, en lo que CCOO cree que llegó a ser una de las quiebras más importante del país en la que la deuda por hipotecas de sus edificios era de 24 millones, la gran mayoría a Unicaja.
CCOO pidió en abril de 2006 explicaciones a Vitelcom por la falta de componentes y trabajo en la factoría y la acumulación de material valorado en 60 millones de euros y mantuvo casi un año movilizaciones en demanda de búsqueda de soluciones e inversión.
En marzo del año pasado se planteó la apertura del proceso concursal ante unos impagos cuando la empresa A Novo y otros dos acreedores instaron la quiebra de Vitelcom, que fue admitida.
El personal fue objeto de un expediente de regulación de empleo y una parte quedó en la fábrica para su mantenimiento, mientras buscaban alternativas y surgieron ofertas de grandes compañías como Isofotón, Indra o Amper.
Vitelcom se creó en 2001, con Telefónica como "padre de la criatura" según CCOO, y después compró su segundo edificio a A Novo.
Los comentarios están cerrados.