Un camionero británico en paro consiguió timar un millón de libras (1,25 millones de euros) a un conocido hombre de negocios con una supuesta operación de venta del hotel Ritz de Londres.
Según el diario The Guardian, el camionero, Tony Lee, se presentó un día al hombre de negocios Terry Collins y le djo que podía adquirir el lujoso hotel al precio "ganga" de 250 millones de libras (312,5 millones de euros), menos de la mitad de su valor real. Lo único que tenía que hacer era depositar un millón de libras a favor de un misterioso contratista, tras lo cual se le permitiría el acceso a todos los documentos de la operación, contenidos en veintisiete cajas.
Secretismo empresarial
Collins, propietario de la empresa inmobiliaria LAH, sabía que a los propietarios del hotel, los hermanos Barclay, les gusta el secretismo, por lo que no le extrañó que hubieran recurrido a un intermediario para una operación tan extraña.
El hombre de negocios se puso entonces en contacto con un financiero holandés llamado Marcel Boekhoorn, quien se presentó en Londres con un equipo de asesores y aceptó financiar toda la operación y pagar el millón que permitiría acceder finalmente a los documentos.
Finalmente, la operación no llegó a buen puerto, por lo que Collins se enfureció y escribió una carta al supuesto intermediario exigiéndole la devolución del dinero. Al no obtener respuesta, llevó el asunto al Alto Tribunal de Londres y un juez ordenó rastrear el dinero después de llegar a la conclusión de que Collins y el financiero holandés habían sido objeto de una estafa por todo lo alto.
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