La Comisión Europea autorizó ayer, con condiciones, la compra de Vedior por parte de Randstad. Ambas empresas son agencias de trabajo temporal basadas en Países Bajos. Para eliminar los problemas de competencia que planteaba inicialmente la operación, Randstad se ha comprometido a ceder la totalidad de sus actividades en Portugal.
Con este compromiso, el Ejecutivo comunitario concluyó que la concentración no tendrá un impacto negativo sobre la competencia en el espacio económico europeo o en una parte sustancial del mismo.
Randstad está presente en varios países europeos, así como en Estados Unidos, Canadá y Asia; mientras que Vedior también tiene oficinas en numerosos países europeos, Estados Unidos, Canadá, Australia, Asia, América Latina y África.
La investigación llevada a cabo por el Ejecutivo comunitario puso de relieve que la fusión podría plantear problemas de competencia en los mercados holandés, belga y portugués de servicios de trabajo temporal. No obstante, en los casos holandés y belga, Bruselas constató que la cuota de mercado acumulada de las dos empresas será "relativamente modesta" y que seguirán existiendo rivales fuertes en el sector.
No ocurre lo mismo en Portugal, donde la operación hubiera supuesto asociar al principal operador con uno de los dos rivales creíbles que quedan en el mercado. Ello significaría crear una estructura de mercado consistente en un líder incontestable con una importante cuota de mercado, un rival modesto y otros competidores de talla mínima. Esta estructura conferiría a la empresa resultante de la operación un fuerte poder de mercado, reduciría las posibilidades de elección y podría acarrear aumentos de precio para los clientes.
Para disipar las inquietudes expresadas por el Ejecutivo comunitario, Randstad propuso ceder el conjunto de sus actividades en Portugal. Tras consultar con los actores del mercado, Bruselas ha llegado a la conclusión de que esta medida permitirá resolver los problemas de competencia detectados.
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