Un trabajador de una fábrica de maderas fue sorprendido en varias ocasiones fumando dentro de las instalaciones de la empresa, por lo que fue amonestado verbalmente en todas ellas. Cuando en la última ocasión fue el presidente de la empresa quien le descubrió fumando, le despidieron disciplinariamente. El trabajador, al no estar conforme con la decisión, acudió a los tribunales.
Se da la circunstancia de que, además de estar prohibido fumar dentro de las instalaciones de la empresa, los trabajadores habían recibido un curso de formación sobre los riesgos de sus puestos de trabajo, en el que se les informó de las graves consecuencias que podía ocasionar el hecho de fumar dentro del centro de trabajo.
Tanto el Juzgado de lo Social de Toledo como el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha coinciden en señalar que el despido del trabajador es procedente, ya que "ha quedado probado que existió un incumplimiento grave y culpable por parte del trabajador, desobedeciendo las tajantes órdenes de la empresa de que estaba prohibido fumar".
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