Más de 20.000 personas han desfilado por el centro de Zagreb desafiando la lluvia para pedir un aumento salarial y protestar por la carestía de la vida. En Croacia la inflación ha crecido unos seis puntos en el último año.
"Antes decíamos: Croacia, la única e irrepetible" decía en su discurso el líder sindical Kresimir Sever. "Ahora hay dos Croacias separadas, no por fronteras, sino por castas: la de los ricos, a la que nunca podremos acceder, y la de los pobres, nosotros, los trabajadores y pensionistas".
El Gobierno se dice abierto al diálogo con las plataformas sindicales. Ayer el primer ministro Ivo Sanader fue más allá y declaró estar de acuerdo con los manifestantes: "yo tampoco estoy satisfecho con el aumento de los precios y creo que los salarios deberían ser más altos" decía.
El presidente croata Stjepan Mesic por su parte, ha abogado, en un artículo publicado en la prensa, por una reforma estructural de la economía del país.
En Croacia, que aspira a integrar la Unión Europea en 2010, el sueldo medio es de 690 euros al mes y el índice de paro roza el 15 por ciento.
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