La tendencia actual en la regulación de los puestos de trabajo pasa por la búsqueda de la seguridad e higiene en el entorno laboral. Si bien este punto ya se logra a través de la normativa actual, todavía hay aspectos relacionados con este campo que están en entredicho. Y es que para algunos trabajadores, llegar al trabajo puede suponer encontrarse con un lugar en el que hace excesivo calor o frío o donde el ruido de la impresora no les permite concentrarse.
En esta línea, los expertos en recursos humanos de todo el mundo dan cada vez más importancia a la distribución del espacio laboral y cómo la buena o mala disposición de éste afecta al nivel de estrés de los empleados y, por extensión, a la productividad.
La compañía multinacional de origen holandés Randstad ha realizado un estudio a partir de entrevistas y cuestionarios a profesionales de recursos humanos sobre este aspecto. La mayoría de trabajadores reconoce que el entorno laboral les afecta de un modo consciente. Hasta un 92% de los encuestados opina que el lugar físico de trabajo tiene un gran impacto sobre el bienestar y la productividad.
La colaboración depende de la distribución
Es más, un 82% de los directivos entrevistados cree que el entorno laboral influye de manera decisiva en el nivel de satisfacción en el trabajo y cerca del 90% opina que el grado de colaboración entre compañeros depende en parte de la distribución que haya en la oficina.
El estudio de Randstad también desvela que los expertos en recursos humanos raramente son consultados a la hora de diseñar un entorno de trabajo adecuado para los empleados. De hecho, más del 50% de los encuestados cree que su opinión influye poco o nada sobre el ambiente de trabajo de su empresa.
Curiosamente, muchos de los informes sobre entorno laboral publicados recientemente coinciden en señalar que crear un entorno laboral favorable no tiene por qué ser costoso. Cosas tan sencillas como ventilar la oficina todos los días para renovar el aire y expulsar el CO2 o situar las impresoras y fotocopiadoras alejadas de las mesas de trabajo no suponen ningún esfuerzo.
Frío y calor
Mayor polémica genera, por ejemplo, la temperatura de la oficina, que además de al rendimiento laboral, puede afectar a la salud del trabajador. Según el estudio de Randstad, el 66% de los encuestados tiene demasiado frío o demasiado calor en la oficina. Es más, un 26% de encuestados reconoce que se encuentra regularmente en una corriente de aire, mientras que el 38% se queja de una falta de aire fresco.
Nuevas tendencias
Los cambios en el mercado inmobiliario, que ha aumentado el precio del metro cuadrado, y la búsqueda de un entorno laboral más participativo también han repercutido en el diseño de las oficinas. Las empresas buscan una nueva concepción del lugar del trabajo, en el que los despachos desaparecen y se apuesta por los espacios diáfanos, que favorecen la comunicación y la colaboración entre los empleados.
Esta tendencia se une a la del trabajo en equipo y la heterogeneidad de los puestos. El puesto físico ya no marca las jerarquías y los jefes y empleados trabajan codo a codo en un nuevo tipo de organización. Cada vez son más las compañías que desdeñan la imagen que otorga un despacho y prefieren apostar por lugares comunes, que favorecen la creatividad y el trabajo común de su equipo.
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