El consorcio finlandés de telecomunicaciones Nokia y los trabajadores de su planta de Bochum (Alemania) acordaron ayer un plan social por valor de 200 millones de euros para amortiguar los efectos del cierre de ésta factoría.
Las dos partes informaron de que la planta, con 2.300 trabajadores, será cerrada oficialmente el 30 de junio y tanto los representantes de Nokia como del sindicato sectorial IG Metal se mostraron satisfechos con el acuerdo.
Inicialmente, Nokia había ofrecido un plan social de sólo 70 millones de euros, lo que había sido rechazado por los trabajadores.
Según el plan, los despidos de los 2.300 trabajadores se realizarán, después del cierre, de manera escalonada, atendiendo a la situación individual de los afectados y al tiempo que han estado ligados a la empresa.
Nokia anunció en enero su decisión de trasladar la producción de teléfonos móviles que tenía lugar en Bochum a Cluj (Rumanía), lo que generó fuertes protestas de parte de los trabajadores y duras críticas por parte de todas las fuerzas políticas alemanas.
El consorcio finlandés instaló su planta en Bochum utilizando subvenciones alemanas y europeas, con lo que la discusión sobre el cierre se hizo aún más turbulenta.
El estado federado de Renania del Norte-Westfalia incluso pidió la devolución de 41 millones de euros de subvenciones, más los intereses, argumentando que estas estaban condicionadas a la creación de un determinado número de puestos de trabajo de carácter duradero.
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